Hoy recordamos la Presentación del Niño Jesús en el templo. 40 días después del Nacimiento del Niño, sus padres, José y María, lo llevan al templo y hacen la ofrenda en acción de gracias por su hijo.
También en muchas localidades del país celebramos la fiesta de la Candelaria que con su luz ilumina nuestra vida. Especialmente en el norte del país, en Copiapó, donde ella es patrona de los mineros y desde todas partes los fieles acuden a homenajearla.
En realidad, todo es una misma celebración. La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo, la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo, viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva el nombre de Candelaria.
Y un tercer aspecto de este día es recordar la vida consagrada que se ofrece al Señor. Su don de consagración Religiosa enriquece, inspira y sostiene a la Iglesia en su viaje por el mundo. Sus ministerios los han llevado a muchos lugares y a innumerables mujeres, hombres y niños. En cada situación y para cada persona han sido y siguen siendo un regalo. Les ofrecemos una sincera y profunda gratitud.
En 1997, el Papa San Juan Pablo II estableció el Día Mundial de la Vida Consagrada que se celebra anualmente en la Fiesta de la Presentación del Señor.