Con sus 272 millones de habitantes, Indonesia es la mayor nación musulmana del mundo. Allí los cristianos sólo representan el 10% de la población; y los católicos, el 3%.
No obstante, la Iglesia tiene motivos para la esperanza y la alegría, pues la grata noticia es que en este país del sudeste asiático surgen numerosas vocaciones religiosas.
Un ejemplo de ello son las Hijas de Nuestra Señora Reina del Santo Rosario, una congregación nativa fundada en 1958 en Larantuka, en la isla de Flores, en la que ingresan cada año unas 20 jóvenes.
Las religiosas tienen allí un papel importante que desempeñar, porque pueden hacer mucho por que las mujeres sean más respetadas en la sociedad indonesia; y es que la violencia contra las mujeres es un gran problema en este país. Las religiosas crean una conciencia en torno a ello en su labor con familias y jóvenes -incluidos varones-, sensibilizándolos acerca de la dignidad de mujeres y niñas.
Para la vida religiosa es esencial una sólida formación espiritual, y tanto más en un país donde los cristianos son minoría, por lo que es especialmente importante estar firmemente arraigado en la propia identidad católica. Sin embargo, como congregación nativa, las Hijas de Nuestra Señora Reina del Santo Rosario disponen de recursos muy modestos. Por ello, nos gustaría apoyar la formación de sus 53 jóvenes novicias con $ 9.575.170 (11.000 euros).