EFE
Nos duele Sri Lanka, los muertos por los ataques y los cientos de heridos que luchan por sus vidas. Personas inocentes perdieron su vida este domingo en un cruel atentado que afectó a turistas extranjeros y a los cristianos que celebraban la fiesta más importante de la fe: la Resurrección del Señor.
Sri Lanka, pequeña isla del golfo de Bengala, ha copado las noticias del mundo e impactado por la violencia que la afectó este fin de semana. El país todavía no se recupera de la larga guerra civil que lo afectó por tres largas décadas. Los esfuerzos por la paz, mostraban -hasta ayer- estar dando grandes frutos. Sin embargo, después de los ocho atentados, perpetrados en hoteles e iglesias de Colombo (capital) y las localidades vecinas Negombo y Batticaloa, nada será igual.
Seis de los ataques fueron perpetrados por siete terroristas suicidas que se hicieron estallar entre la multitud, según han confirmado este lunes las autoridades. Ningún grupo se atribuido de momento la autoría de los atentados coordinados contra la religión cristiana y el turismo.
Las explosiones se registraron a primera hora de la mañana (hora local) en tres iglesias cristianas —dos católicas y una evangélica—, donde centenares de fieles celebraban el Domingo de Pascua, y en varios establecimientos hoteleros. La iglesia de San Antonio de Colombo; otra en la iglesia de San Sebastián de Negombo, al norte de la capital, y una tercera en un templo de Batticaloa, en el este de la isla. Todas repletas de fieles que desde muy temprano se acercaron a los templos a celebrar la fiesta de la Resurrección. También sufrieron fuertes explosiones tres hoteles de lujo de la capital —Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La— y un hostal. Las víctimas mortales, al menos 290, eran de una decena de nacionalidades.
Para entender
El país está profundamente dividido entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil. Esta división tiene una dimensión religiosa, ya que los cingaleses suelen ser budistas y los tamiles, mayoritariamente hindúes. La minoría cristiana, fundamentalmente católica, es la única que se encuentra tanto en la comunidad cingalesa como en la tamil.
Sri Lanka, antes Ceilán, con una población cercana a los 21 millones de habitantes, es mayoritariamente budista (68,4%). Los otros grupos que la componen son un 13,2% de hindúes, un 8,&% de musulmanes y un 9;1% de cristianos.
En 2009 recién pudieron dejar atrás la guerra civil que enfrentó a la mayoría budista y a la minoría hindú tamil —segunda etnia del país concentrada en el norte y noreste—, y causó 100.000 muertos.
El venerable Bellanwila Wimalarathana Nayaka Thero, monje que lleva muchos años comprometido con iniciativas de convivencia interreligiosa, presentó una propuesta que muchos han considerado única. Dijo: «No es a los políticos sino a nosotros, los líderes religiosos que estamos cerca de la gente, a los que se debe dar el lugar principal en el proceso de reconciliación [nacional]. Propongo la creación de un mecanismo a base de consejos religiosos en los distintos niveles: nacional, de distritos y de divisiones, que fomenten la unidad y la reconciliación nacionales». Intentó demostrar que, así como es papel de la Constitución establecer las condiciones necesarias para la unidad política de la nación, la convivencia religiosa es un ámbito en el que son los líderes religiosos los que deben tomar la iniciativa.
Para saber más de la situación de la Libertad Religiosa en el país consulta el Informe de Libertad Religiosa elaborado por ACN.