Encuentro del Papa León XIV con Iglesias orientales

Encuentro con el papa León XIV: Una nueva esperanza para las Iglesias orientales

En un encuentro histórico, el papa León XIV recibió a representantes de Iglesias orientales católicas que peregrinaron juntos a Roma para ganar el Jubileo. El papa les dirigió un mensaje profundamente espiritual, que fue recibido como una chispa de esperanza en medio de realidades marcadas por la persecución, el exilio y la guerra.

Ayuda a la iglesia que Sufre (ACN), fundación pontificia que apoya a muchas de estas comunidades en sus países de origen y en la diáspora, ha recogido las impresiones de seis socios de proyectos de rito oriental en contextos muy diferentes. Las voces coinciden: “el papa no solo nos habló, nos confió una misión”.

“Nos hizo sentir orgullosos”, declaró Mons. Nathanael Nizar Wadih Semaan, arzobispo siro-católico de Adiabene, en el norte de Irak, a ACN. “A veces, creemos que no tenemos nada que ofrecer, que somos pocos, que el número de nuestros fieles disminuye, pero él nos recordó que tenemos una liturgia rica y una espiritualidad profunda. Nos dijo que no solo debemos conservarla como un tesoro, sino también compartirla con el mundo”.

Para quienes lo escuchaban procedentes de contextos difíciles, las palabras del papa significaron un renovado sentido de misión. “El papa encendió en nosotros una llama nueva. Nos recordó que tenemos algo y que debemos presentarlo al mundo con responsabilidad y alegría”, expresó Mons. Nizar.

El Papa insistió en la importancia de que los cristianos de Oriente puedan permanecer en sus tierras de origen. “Ustedes son la luz del mundo”, nos dijo. “Sabemos que la resurrección, la luz, vino después del sufrimiento. En Oriente Medio estamos atravesando la cruz, pero seguimos siendo luz”, recordó el arzobispo de Adiabene. “Allí donde vivimos –en Francia, Alemania, América o Australia– nuestras comunidades son luz que brilla. Somos testigos de Cristo en nuestra vida diaria. Tenemos que llevar esa luz con nosotros”, subrayó.

Esperanza y fortaleza para empezar de nuevo.

Por su parte, Mons. Boutros Marayati, obispo armenio católico de Alepo en Siria, habló de una renovación interior provocada por las palabras del santo padre: “Salimos de ese encuentro llenos de esperanza y gozo espiritual. El papa es consciente de lo que nuestras Iglesias orientales están viviendo. Está cerca de nosotros. Nos pide que recemos por él, como él reza por nosotros. A través del papa León, Dios nos ha dado un nuevo espacio de esperanza. Caminemos juntos sin vacilación, sin miedo”.

También Mons. Anba Hani Nassif Wasef Bakhoum Kiroulos, obispo auxiliar del patriarcado copto católico de Alejandría, señaló en declaraciones a ACN que “la reunión fue una bendición. Su santidad se centró en la importancia del patrimonio y del presente de las Iglesias orientales, describiéndolas como la Iglesia de los mártires. Pidió a los fieles que no abandonen su patria y que preserven su patrimonio”. Nos dijo que toda la Iglesia necesita a las Iglesias orientales. Fue un profundo acontecimiento espiritual e histórico, que refleja la visión del papa sobre la paz y la unidad. Que debemos conservar nuestras tradiciones, orar por una paz verdadera, una paz basada en el perdón y en el coraje para comenzar un nuevo capítulo”.

Una voz que resuena en Oriente y Occidente.

Al obispo más joven del mundo, Mons. Jules Boutros, de 42 años, obispo sirocatólico en el Líbano, le impresionó el tono cercano del mensaje papal. “Fue como escuchar a un padre que se dirige a sus hijos en una lengua que comprenden, la lengua del corazón. Lo más bello fue que prometió personalmente hacer seguimiento a nuestras necesidades a través del Dicasterio para las Iglesias orientales. Eso es esperanza concreta, nos da consuelo”, aseguró.

Uno de los momentos que más le impactó fue cuando León XIV citó a su antecesor León XIII: “Cualquier misionero latino, del clero secular o regular, que con consejos o ayudas atraiga a algún oriental al rito latino» sea «destituido y excluido de su cargo”.
Según el obispo libanés ese recordatorio reafirma “no sólo su apoyo a las Iglesias orientales para preservar su identidad y sus tradiciones, sino también su deseo de que crezcan, tanto en Oriente como en Occidente, sin ser absorbidas o disueltas en las sociedades más amplias que las rodean”.

En sus declaraciones a ACN, Mons. Jules también indicó el profundo aprecio que el papa expresó por las Iglesias orientales y sus tradiciones espirituales y litúrgicas orientales al citar a tres padres de la Iglesia: Efrén el Sirio, Isaac el Sirio, Simeón el Nuevo Teólogo… “Al hacerlo, abrazó una amplia gama de tradiciones, haciendo que todos se sintieran incluidos”, subrayó.

El impacto del discurso no se limitó a los fieles de las Iglesias orientales: «Amigos míos, sacerdotes en América y Europa, me escribieron o se acercaron después del discurso. Me dijeron: “¿Has escuchado cómo ha hablado el Papa de ustedes?”. Eso nos conmovió. No solo nos dio alegría a nosotros; también tocó el corazón de muchos en la Iglesia latina, que redescubrieron con admiración nuestras tradiciones. Eso es algo nuevo que no habíamos visto antes».

El papa de la paz.

Desde Roma, también Mons. Mychajlo Bubnij, obispo greco-católico de Odessa en Ucrania, compartió con ACN sus impresiones, recalcando cómo el papa abrió la audiencia saludando como hacen los fieles de rito oriental: “Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado”.

“El papa se dirigió a cada uno, nos habló personalmente. Fue una experiencia muy hermosa. Nos escucha, nos comprende y quiere construir un mundo de verdad y justicia”, resaltó. “Mencionó especialmente a los afectados por la guerra, como en Ucrania y Siria, así como a todos los que sufren a causa de los conflictos. Este es el papa de la paz, sus primeras palabras fueron: “La paz de Cristo esté con vosotros, la paz de Cristo resucitado”. “Esperamos que con este nuevo pontificado prevalezca la verdadera paz entre las personas, en el mundo, entre los países… Dice que debemos purificar nuestras palabras de mentiras”, recordó. Y añadió: “León XIV ha recibido una invitación para viajar a Ucrania, pero ahora necesita tiempo para iniciar su servicio como pontífice, para comprender lo que le espera. Ha aceptado la invitación y hará todo lo posible para que ese viaje sea posible…”

Unidad en la diversidad: un don para toda la Iglesia.

León XIV también nombró en su discurso a Tigray, la región septentrional de Etiopía marcada por terrible violencia durante la devastadora guerra de 2020 a 2022. Mons. Tesfaselassie Medhin, obispo de la Iglesia católica etiópica en Adigrat, eparquía que cubre Tigray y Afar, agradeció que uno de los primeros discursos del papa León XIV haya estado dirigido a las Iglesias orientales: “La esencia del discurso era el agradecimiento; el aprecio del patrimonio de las Iglesias orientales, su espiritualidad y su liturgia. Mantener a las Iglesias cristianas en su diversidad y unidad. El santo padre también animó a la Iglesia perseguida y sufriente y habló de cómo dan esperanza a los demás. Cuando le saludé, le agradecí sus oraciones por Tigray, le di los saludos de los fieles de Adigrat y le aseguré nuestras oraciones por su ministerio. Me lo agradeció».

En 2024, ACN aportó 12,7 millones de euros para apoyar a las Iglesias Católicas Orientales, con 565 proyectos. Además, dedicó 3 millones de euros a proyectos interrituales (es decir, proyectos con más de una Iglesia católica oriental o proyectos en los que participan una Iglesia católica oriental y la Iglesia latina).

Las Iglesias Católicas Orientales apoyadas en 2024 por la fundación ACN fueron: La Iglesia greco-católica ucraniana, la Iglesia maronita, la Iglesia melquita católica, la Iglesia caldea, la Iglesia siríaca católica, la Iglesia armenia católica, la Iglesia etíope católica, la Iglesia siro-malabar católica, la Iglesia siro-malankar católica, la Iglesia copta católica y varias Iglesias greco-católicas de Europa del Este.

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