Una y otra vez, Venezuela se ve afectada por tormentas tropicales y otras catástrofes naturales, y los daños causados por el huracán Julia en octubre de 2022 fueron especialmente graves. Varias decenas de personas murieron y numerosas casas quedaron destruidas.
También la parroquia de Tarmas, situada en el norte del país, en la diócesis de La Guaira, se vio gravemente afectada por la tormenta. La localidad, que cuenta con unos 14.500 habitantes, está situada en las montañas a 700 metros sobre el nivel del mar. Durante el huracán, las montañas no pudieron absorber más agua debido a las fuertes lluvias, lo que provocó corrimientos de tierras. Como consecuencia, en Tarmas, 57 familias perdieron sus hogares y muchas casas de otras aldeas pertenecientes a la parroquia también quedaron destruidas.
La hermosa iglesia parroquial, de 200 años de antigüedad, se salvó porque pudo ser apuntalada a tiempo. Sin embargo, la casa parroquial sufrió graves daños y tuvo que ser demolida. Ahora el párroco ya no tiene donde alojarse.
El trabajo pastoral es arduo en esta extensa parroquia que incluye diez pueblos con capillas y un total de 23 aldeas, pues se necesitan varias horas para recorrerlas por las carreteras de montaña sin asfaltar. No obstante, la parroquia es muy activa y está llena de vida.
A nosotros nos han pedido que los ayudemos a reconstruir la casa parroquial, pero no sólo para que el sacerdote vuelva a tener un techo, sino que también para que incluya espacio donde poder impartir la catequesis y desarrollar las demás actividades parroquiales. Nosotros les hemos prometido 28.300 euros (aproximadamente $29.000.000).