La vida en la ciudad de Dnipro no es fácil en estos momentos, pues no cesan las alarmas aéreas y los ataques con misiles. 200 fieles de la parroquia católica romana de San José han huido. “Están esperando a que termine la guerra. Tienen miedo a regresar porque vivir en Dnipro es peligroso”, explica el padre capuchino Yaroslav Fedirchuk.
No obstante, la parroquia sigue siendo muy activa, y cada día se celebran dos Santas Misas con homilía. A las Misas de los días laborables asisten varias docenas de fieles, y los domingos acuden hasta 200 personas. La iglesia está abierta todo el día y ofrece a muchas personas la oportunidad de encontrarse con Dios en la oración.
Pero muchos también buscan ayuda concreta. El padre Jaroslav informa: “Tenemos registradas más de 10.000 personas necesitadas que nos piden comida, ropa, mantas, colchones y productos de limpieza”.
Los principales problemas que afectan notablemente a la vida, sobre todo en invierno, son los cortes de electricidad que duran horas, la avería de tranvías y trolebuses, y la falta de agua. A pesar de estas dificultades, la iglesia siempre celebra encuentros periódicos de grupos y catequesis para niños, jóvenes y adultos. “Administramos los sacramentos a quienes lo requieren, y nos ocupamos sistemáticamente de los enfermos y las víctimas de la guerra”, dice el padre Jaroslav.
Como la parroquia también ha sufrido mucho por los cortes de electricidad, que pueden repetirse en cualquier momento, nuestros benefactores han donado 14.300 euros para un generador. El padre Jaroslav y sus fieles están muy agradecidos a todos los que han contribuido a ello y los tienen presentes en sus oraciones.
¡GRACIAS POR TU AYUDA!
