“Después salí a la calle. Estuve caminando mucho, tres horas caminando por la calle, consolando a la gente, las familias, dándoles coraje, rezando, hasta media noche. Al final llegué a un hospital también, a rezar con la gente que conocía que estaban ahí. También abrimos el obispado para recibir muchas familias”.
“Gracias a Dios, hoy ya mucho mejor. Pero les pido una oración, una oración por nosotros. Dios los bendiga y gracias a ustedes por vuestra cercanía”, dijo el padre.
En la parroquia del padre Hugo ya hay unas 450 familias que están recibiendo ayuda de emergencia, para adquirir por ejemplo mantas, linternas, medicinas, alimentos y leche para niños y ancianos, gracias a la generosidad de los benefactores de ACN.
“Damos gracias a Dios por esta bendición. En vista de las trágicas circunstancias actuales causadas por el terremoto en Siria, particularmente en la ciudad de Alepo, que ha sido clasificada como ciudad devastada, intentamos cubrir el mayor número posible de necesidades, gracias a vuestra ayuda.