En ellos está el futuro de la Iglesia y la esperanza de millones de personas. La Iglesia necesita sacerdotes y religiosas bien preparados.

Lamentablemente son muchas las vocaciones que se pierden por falta de medios económicos para estudiar.

La Iglesia y sus pastores no se rinden por grande que sea la dificultad (pobreza, violencia, persecución…) y es por ello que Ayuda a la Iglesia que Sufre apoya proyectos de formación de seminaristas, novicios/as, sacerdotes y religiosos/as, ayudando así a llevar más lejos la palabra de Dios.

Gracias a la generosidad de nuestros benefactores, en 2023 pudimos ayudar a 11.000 seminaristas, también becamos a religiosas, sacerdotes y financimos retiros espitiruales.