Los vecinos de la localidad donde se encuentra el seminario están asustados y muchos han decidido huir. Nuestras fuentes locales piden “oraciones por todos los seminaristas, los formadores y la gente de Burkina Faso”. De hecho, buena parte de la población de Burkina Faso vive en estado de alarma desde hace tiempo, especialmente los católicos, víctimas de ataques relativamente frecuentes.
Ataques contra iglesias, sacerdotes y fieles
Según informaciones recibidas por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, la seguridad en el norte de Burkina Faso se ha deteriorado drásticamente en los últimos meses. Los grupos armados someten a toda la población a su reino de terror, haciendo pagar impuestos, saqueando y robando a la población de muchas zonas del país, sin embargo, los últimos testimonios de desplazados recogidos por ACN en la diócesis de Dori indican que algunos de ellos han sido objeto de persecución grave específicamente por ser cristianos.
Efectivamente, Burkina Faso es escenario de ataques contra los católicos en los últimos tiempos. En junio de 2021, los fieles pidieron oraciones por las víctimas de un ataque armado que dejó al menos 138 muertos en la aldea de Solham, en el norte del país. En enero del mismo año, el P. Rodrigue Sanon fue secuestrado y dos días después fue hallado sin vida en la Diócesis de Banfora.
En mayo de 2019, un sacerdote y cinco laicos murieron cuando unos desconocidos atacaron la iglesia en Dablo en la Diócesis de Kaya, donde estaban rezando. En julio de 2020, los obispos de Burkina Faso expresaron su preocupación por el aumento de la inseguridad en el país de África occidental y señalaron que la situación es “más preocupante que nunca”. En su declaración, los obispos señalaron que la inseguridad “es un desafío que se debe enfrentar a toda costa; es un desafío para toda la nación y debemos unir nuestras energías”.
Según los informes recibidos por la fundación, la última semana de octubre un total de 147 personas – entre ellas ocho mujeres embarazadas y 19 niños menores de cinco años - tuvieron que huir de dos localidades en la frontera con Niger. La fundación no da nombres por motivos de seguridad, para no poner en peligro al resto de los habitantes que no han podido huir. Los desplazados, que buscaron refugio en Dori, la capital de la región del Sahel, relataron que muchos de ellos habían sido reconocidos como cristianos y los terroristas les estaban buscando expresamente para matarlos por este motivo.
Mons. Laurent Birfuoré Dabiré, obispo de Dori, declaró a ACN que hay "ataques, secuestros y asesinatos en todo el país. Los terroristas secuestran a quien quieren, ejecutan a unos, liberan a otros".
En la diócesis de Dori la gran mayoría de la población es musulmana (95,2%). El 3,2% sigue la religión tradicional y el 1,6% son cristianos (1,22% católicos). En los últimos cinco años, ACN ha apoyado 28 proyectos en la diócesis de Dori por más de medio millón de euros para sostener la labor pastoral de la Iglesia y programas de ayuda de emergencia para sacerdotes, religiosas y familias de catequistas.