Es el caso de María Angulo - Cocinera Voluntaria del comedor parroquial Carayaca.
Ella nos cuenta su experiencia en el comedor parroquial como voluntaria.
Formo parte del equipo de Cáritas parroquial Carayaca y me siento bien, colaborando en la preparación de los alimentos para nuestros niños. He aprendido a crecer espiritualmente, me siento satisfecha como ser humano porque comprendí que mis sentimientos son compartidos con mi prójimo.
Desde que trabajo en el comedor he ido entendiendo que la fe va más allá de la devoción, que amando a mis hermanos –niños y
ancianos, en especial- agrado a Dios.
Ella ve que su acción y la de otros provoca grandes bienes en quienes acuden a alimentarse, algunos son evidentes yotros los ha ido descubriendo:
Impacto social en la parroquia.
El comedor permite que los niños puedan recibir tres días a la semana una comida balanceada. Pero también es una oportunidad para alimentar la parte espiritual de todos los que acuden con necesidades más profundas que el propio alimento material.
Sugerencias para mejorar el comedor
Que se siga fortaleciendo el equipo de voluntarios en número y en compromiso cristiano.
Implicación de la comunidad en esta labor.
Puedo dar testimonio de que el pueblo de Carayaca y su entorno sienten el trabajo que se realiza en el comedor como una bendición que Dios nos manda en estos momentos tan críticos para la inmensa mayoría de las familias de la comunidad. Cada día son más las personas que se acercan a preguntar qué hacer para inscribir a sus niños en el comedor.