La idea de recolectar material reciclable para donaciones comenzó cuando André conoció a Antônio, de 81 años, que caminaba 10 km todos los días recogiendo botellas y latas que luego clasificaba y vendía para su propio sustento. Conmovido por esta historia, André decidió hacerse cargo de algunos de sus kilómetros, y recoger material para luego dárselo. Más tarde, cuando Antônio murió, André decidió “reciclar” su iniciativa. Habiendo conocido el trabajo de ACN a través de los programas de televisión, se inspiró para encontrar un nuevo destino para su generosidad: “Me di cuenta de que ACN podía llegar a los 'Antônios' en todo el mundo y hacer más de lo que yo podría con ese dinero”.
Con el tiempo, las caminatas se volvieron difíciles para André debido al dolor de espalda y la ciática. Pero si su cuerpo mostraba signos de fragilidad, su corazón estaba más fuerte y entusiasta que nunca. A pesar de tener razones perfectamente válidas para poner fin a esta labor de amor que realizaba todos los días, encontró la manera de superar las dificultades. Empezó a recorrer el camino en bicicleta e ir más lejos en busca de material reciclable.
Los actos de bondad tienden a ser contagiosos, a medida que la generosidad de André se hizo conocida en el vecindario, otros comenzaron a separar material en sus casas para venderlo y convertirlo en ayuda económica para quienes sufren. Como André logró recaudar aún más dinero, pudo aumentar el alcance de la ayuda: las tapas de las botellas ahora se separan y se donan al albergue de la ciudad, para que pueda obtener alimentos para los necesitados.
“¡De esta manera todos ganan, especialmente yo! Estoy mucho más saludable desde que comencé a hacer ejercicio por las mañanas, incluso he perdido algunos kilos que me perseguían desde que me casé”.
La sencillez de André plantea la pregunta de ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para ayudar a nuestros hermanos necesitados? Por supuesto, todos nos hemos enfrentado a grandes desafíos, especialmente con la pandemia, pero en palabras de san Agustín:
“Aquel cuyo corazón está lleno de caridad, siempre tiene algo que dar”. A veces, hasta los más simples gestos a favor de nuestros hermanos pueden ser expresiones de amor. ¿Por qué no reciclar esta idea?