La parroquia de San Padre Pío en Krasnosilka -un pueblo situado a 15 kilómetros al norte de la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania- es todavía joven y también bastante pequeña. Unas treinta personas, principalmente familias con niños, pertenecen a la parroquia, pero allí hay también otras familias que comienzan a interesarse por la fe.
Todavía no hay una iglesia, por lo que las Misas se celebran en la pequeña casa donde reside el sacerdote. Sin embargo, el salón es demasiado pequeño y, además, los fieles consideran inapropiado rezar en una vivienda. Lo que quieren es un lugar de culto con el Santísimo Sacramento, un lugar que se utilice exclusivamente para la Santa Misa y la oración, y que no se utilice también como vivienda. Además, para las personas que buscan y que aún no han abrazado definitivamente la fe, esto puede ser incluso un obstáculo disuasorio, ya que los encuentros religiosos en domicilios suelen asociarse a las sectas.
El Obispo, Mons. Stanislaw Szyrokoradiuk, admira a los creyentes que acuden a Misa en estas condiciones.