Tres religiosas de la congregación de San José llevan seis años viviendo y trabajando en la ciudad de Yuzhnoukrainsk, en el sur de Ucrania. En su convento tienen lugar la catequesis infantil y los encuentros de los “Corazones misericordiosos” -el grupo juvenil parroquial- y del grupo de oración “Madres en oración”.
Allí se prepara también a niños, jóvenes y adultos para recibir los sacramentos. La catequesis y la oración ayudan a los fieles a conocer a Dios y a crecer en la fe. Algunos estaban bautizados, pero nunca habían practicado la fe y no sabían nada de ella. Entretanto, ya es visible el impacto positivo que han tenido las Hermanas en los primeros años de su actividad en la vida espiritual, personal y familiar de muchas personas.
Además, las religiosas dirigen un comedor social para los necesitados. Esto es muy necesario porque la pobreza que ya existía antes de la pandemia en Ucrania, especialmente entre los ancianos y las familias, se ha recrudecido. Muchas personas han perdido su empleo y los precios han subido mucho: los de la energía incluso se han triplicado.
Estas religiosas no solo prestan su servicio en la ciudad, sino también en varias aldeas de los alrededores, a entre ocho y setenta kilómetros de distancia de Yuzhnoukrainsk, así como en la ciudad de Mykolayiv, a 120 kilómetros.
Sin un vehículo, este trabajo es muy arduo, y, además, las religiosas necesitan un auto adecuado para las condiciones de la carretera. Un coche sería de gran ayuda para la pastoral, por lo que nos gustaría ayudarlas a adquirir uno con $ 13.432.650 (15.000 euros).