La Benedictina Misionera Jana Lypivska (foto: Hermana con el pulgar hacia arriba) trabaja desde hace dos años en la parroquia de San Aloisio en Zhmerynka, en el centro del país. Su principal tarea hasta hace poco era la catequesis para niños y adultos y la preparación para los sacramentos. Pero desde siempre ha atendido también a los ancianos y necesitados de la parroquia. Esta es ahora su ocupación más importante: “Especialmente en estos difíciles tiempos de confinamiento, esta gente necesita nuestra ayuda y nuestro testimonio de vida. Muchos nos piden que recemos por ellos. O quieren que abramos nuestra capilla para que una persona pueda rezar en ella, hacemos las compras o simplemente estamos allí para escuchar a la gente en este difícil momento”.
Ya antes de la pandemia, la situación económica de Ucrania era pésima debido a la guerra en la que el país se encuentra desde 2014. Casi nadie tiene ahorros y la pérdida de empleos debido a la pandemia está llevando a la gente al límite de su existencia. Esto también lo ven las religiosas de Ivano-Frankivsk, en Ucrania occidental. La Hna. Elena Gnadziuk pertenece a la congregación de las Hermanas Miróforas (Myronositsi). A su convento llegan diariamente una docena de personas que se encuentran en una situación económica difícil, y las religiosas comparten la comida con ellas. Como cuenta a ACN su número va en aumento. “Cada vez que suena el timbre y abro la puerta de nuestro convento, veo a gente necesitada. Entre ellos hay personas sin hogar y personas que han perdido sus trabajos y que, por lo tanto, están en una situación difícil. Ayer una
mujer nos pidió comida para sus tres hijos, y después de ella venía un hombre que pidió comida para su madre... Entre los necesitados hay muchas personas solas”, nos comunica la Hna. Elena.
Ayuda a la Iglesia que Sufre lleva años prestando su apoyo a todas estas comunidades para ayudar a las religiosas a vivir su carisma de cuidado y servicio a los más pobres. Los proyectos contribuyen a formar miembros de la comunidad, ayudan a las hermanas enfermas y necesitadas, y proporcionan asistencia a aquellas que realizan su servicio para otros sin pedir nada a cambio. Las religiosas subrayan una y otra vez que esta ayuda es extremadamente importante y valiosa para ellas.