¿Qué les decís a los feligreses frente a este horror de un año de guerra?
A veces hay que estar al lado de ellos y eso ya ayuda. A veces rezar o escucharles, ayuda. Otras veces, claro, hay que ayudar con bienes materiales, ofrecerles un lugar donde vivir, etc. Pero yo les digo siempre a los refugiados cuando les damos de comer o les buscamos un alojamiento, que lo hacemos porque hay gente creyente, que viven los valores cristianos y como creyentes están impulsados por el Evangelio para ayudar. Ayudamos porque Jesús nos dice que hay que ayudar al prójimo. A veces no entienden esto, pero yo les digo que esta ayuda viene de la gente que trabaja, reza, cree en Dios y participa de los sacramentos. Trato de transmitirles estos valores además de darles ayuda.
¿Has pensado en algún momento abandonar el país, como esos 8 millones de refugiados ucranianos?
Nunca lo he pensado. Desde 2005, cuando regresé de mis estudios en Roma, siempre he querido trabajar entre la gente de mi país. Nuestra zona, el occidente de Ucrania, es de mayoría católica y aquí hay una intensa vida pastoral. Los ucranianos valoran mucho la presencia y la ayuda de los sacerdotes, esto siempre ha sido un motivo de alegría para mí que me ha dado fuerza para continuar en mi país.
¿Cuáles serían vuestras principales necesidades ahora y cómo les podemos ayudar desde aquí?
Primero quiero dar las gracias a todas las personas que nos ayudan desde España, y porque habéis recibido a muchos ucranianos, habéis abierto vuestras casas. Este es el corazón de una Europa cristiana, aunque muchos no quieren hablar de esto hoy en día. Gracias por vuestra ayuda. La principal ayuda es la oración y hablar la verdad sobre la guerra, porque verdaderamente Rusia nos ha invadido y están matando a mucha gente. Así que gracias a Radio María por hablar de esto. Gracias a Ayuda a la Iglesia que Sufre por ayudar materialmente y espiritualmente, porque cuando nos ayudáis a nosotros como pastores, permitís que la gente pueda seguir recibiendo nuestra ayuda.
¿Cuándo va a acabar esta guerra y cómo podemos hacer que termine?
No sabemos cuándo va a acabar. Pero somos creyentes y creemos que Dios va a parar esta guerra en el justo momento. Hemos tenido todo este año muy presente las palabras de la Virgen de Fátima que pidió rezar por la conversión de Rusia, porque si no se convierten estos líderes que han provocado la guerra, esta ideología antihumana y anticristiana se extenderá por todo el mundo. Nosotros sabemos que Dios va a cambiar esto. Durante estos últimos meses hemos podido terminar de construir junto a nuestra parroquia una escuela infantil. Así que mientras en unos lugares de Ucrania están destruyendo escuelas, nosotros construimos esperanza, esto es un testimonio de que tenemos fe en Dios y en que esta guerra va a terminar.