La guerra en Ucrania ha provocado la mayor oleada de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Un total de casi 15 millones de personas han emprendido la huida, siete de ellos en su propio país, y muchos han sido acogidos por instituciones eclesiásticas.
98 mujeres y niños refugiados se alojan actualmente en el Centro Juvenil Católico Pidlyute de Ivano-Frankivsk, en Ucrania occidental. El Arzobispo Volodymyr Vijtyshyn nos escribe: “Lo peor es que las personas que hemos acogido no tienen adónde regresar porque sus casas y ciudades han sido destruidas y bombardeadas. Pero nosotros, como Iglesia, somos responsables de aquellos a los que hemos dado refugio: queremos salvar a estas personas del hambre y proporcionarles un lugar decente donde alojarse. Por desgracia, nuestros recursos económicos se han agotado, por lo que nos dirigimos a vosotros en busca de ayuda. Rogamos a Dios Todopoderoso por vosotros y por todos los benefactores que Él pone en nuestro camino. ¡Que Dios os bendiga!”.
A nosotros nos gustaría destinar $ 21.579.750 (25.000 euros) a esta Iglesia local para ayudar a mantener a las 98 niños y mujeres refugiados en su nuevo hogar.