Damasco (Agencia Fides) – Este año muchos jóvenes cristianos han comenzado a reunirse de nuevo también en la catedral maronita de Damasco, después de años sin llevar a cabo ninguna actividad en común a causa de la guerra.
Fueron ellos, los jóvenes, los que esta Navidad se ocuparon de instalar el pesebre en el templo. En esa escena de Natividad que los muchachos y muchachas han preparado las figuras de la Virgen María, San José y el Niño Jesús están al aire libre sin estar protegidas por un techo o dentro del establo, como habitualmente se presentan los pesebres en el mundo. Y si los fieles y los peregrinos preguntan por esto a los jóvenes cristianos de Damasco, responden que la Sagrada Familia bajo las estrellas y sin un lugar a dónde ir simboliza la situación de 13 millones de refugiados sirios que no tienen techo. “El Niño Jesús es uno de ellos. Queríamos ser solidarios con nuestros compatriotas refugiados, empobrecidos y olvidados, con este pesebre sin techo abandonado, como ellos, a cielo abierto, de donde proviene la única esperanza”, explica en un mensaje enviado a la Agencia Fides el arzobispo maronita Samir Nassar.
Piensa de igual manera el obispo Georges Abou Khazen, vicario apostólico de Alepo para los católicos de rito latino, “Necesitamos paz. Solo pedimos que no se fomente la guerra porque en paz podrán mejorar las condiciones de todo el pueblo, también las económicas. Por eso, rezaremos para que esta Navidad nos traiga la paz en Siria tal y como sucedió hace dos años para la ciudad de Alepo”.