Miles de sirios huyen de los intensos bombardeos que caen sobre ellos. Hospitales, escuelas, viviendas, nada está a salvo por estos días.
Idlib y Alepo son las localidades más castigadas. Ya no hay donde ir. Los campos de refugiados están repletos y no son seguros. El frio, con temparaturas bajo cero y la nieve provocan muerte y mayor indefensión. Los niños, ancianos y mujeres son los más afectados y los hombres intentan afanosamente dar cobijo y seguridad a sus familias.