Los pueblos de Knayeh y Yacoubieh, en la provincia de Idlib, cerca de Turquía, todavía se encuentran bajo el control de grupos yihadistas. Allí prevalece el temible califato, bajo la ley de la 'sharia'. Las mujeres deben llevar velo, las propiedades han sido confiscadas, los símbolos cristianos, como cruces, han sido derribados.
Entre los habitantes que han quedado, a pesar de la terrible situación, se calculan unas 300 familias cristianas de diferentes denominaciones y etnias. Dos frailes franciscanos, Luai Bsharat de 40 años y Hanna Jallouf de 67, se ocupan de ellos.
Los cristianos de estas regiones enfrentan persecución, miedo, violencia, peligro e incluso muerte. La presencia en estos pueblos de los cristianos y de los dos frailes franciscanos dice mucho sobre su heroica entrega:
"A pesar de las dificultades, el padre Luai y el padre Hanna se quedaron allí porque creen que esta región no debe ser abandonada por estar cerca de Antioquía, donde San Pablo inició sus viajes para difundir la palabra de la Biblia", explica a la fundación ACN el padre Firas Lutfi ofm,