El Papa Francisco ha elegido el tema
“Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Así que, como Iglesia, tenemos que aprovechar este momento privilegiado que estamos viviendo con el Papa Francisco, quien ha sido muy valiente y se ha mostrado muy abierto a los problemas de la Amazonia y concede mucha importancia a la Iglesia de la región. Nosotros debemos buscar esos nuevos caminos para que la evangelización sea más firme y más sólida.
Y el otro tema, ¿el de la ecología integral?
Eso es un clamor al mundo entero, tenemos que velar por los pueblos amazónicos. Así, por ejemplo, en Maranhão tenemos una población indígena moderada, pero también tenemos un número significativo de población quilombola (comunidades rurales formadas por descendientes de esclavos), que forma parte de la realidad de Maranhão y de toda la Iglesia de la Amazonia. Nosotros queremos ocuparnos de las personas y del medio ambiente, y, por encima de todo, buscamos nuevos caminos para que la Iglesia pueda desempeñar su papel en este momento tan decisivo que estamos atravesando.
Usted habla de nuevos caminos y una evangelización más sólida. Sabemos que hay muchas comunidades en la Amazonía que solo reciben la visita de un sacerdote una o dos veces al año, debido a las distancias y al reducido número de sacerdotes. ¿Qué esperan estos pueblos, como los ribereños y los indígenas, respecto a este Sínodo?
En primer lugar, la Iglesia de la Amazonia ha desempeñado un papel muy importante a través de los misioneros, que marcaron toda la región religiosa y culturalmente. Fueron verdaderos héroes que dedicaron sus vidas en aquellas tierras tan lejanas a la promoción del desarrollo integral y a la evangelización.
Además, en la Amazonia la religiosidad popular es muy vigorosa, también porque muchas personas del noreste fueron a la Amazonia trayendo consigo su religiosidad popular. Esta última también fue una forma de resistir al ataque de las sectas evangélicas. Por otro lado, sabemos que la Amazonia precisa tener una Iglesia con rostro propio. Y como dice el documento preparatorio del Sínodo,
es necesario pasar de una “Iglesia que visita a una Iglesia que permanece
”. Esa presencia permanente de la Iglesia solo será posible cuando tengamos personas, ministerios que, día a día, estén ahí para que el pueblo realmente se sienta Iglesia y participe de forma más permanente en la vida de Iglesia. Creo que el tema de los ministerios será muy discutido porque esto realmente es motivo de preocupación: cómo tener una presencia institucional en una situación tan remota y tan desafiante como la de la Amazonia.