Aún se mantiene la incertidumbre por el paradero del padre Pierluigi Maccalli, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas, secuestrado el pasado 17 de septiembre.Sus hermanos de comunidad recuerdan su entrega y su amor por la misión. Estaba totalmente entregado a los pobres. Y no sólo ellos tienen palabras elogiosas para el sacerdote. El Comité Nacional para el Diálogo Interreligioso e Intra-religioso (CDIR) de Níger condenó “enérgicamente el secuestro injusto y criminal del sacerdote italiano de Bomoanga”.
Los líderes musulmanes de Níger afirman que este secuestro bárbaro no responde a ninguna necesidad de la religión musulmana. “No tiene otro objetivo que el de oscurecer y arruinar el clima de paz y coexistencia pacífica que siempre ha prevalecido entre las religiones en el seno de nuestra sociedad nigerina”.
El texto entregado a Agencia Fides, continúa: “El p. Pier Luigi Maccalli es un hombre de paz, un gran hombre de Dios al servicio de Níger desde hace más de 10 años… Que Dios Todopoderoso lo ayude en esta terrible prueba”.
“Después de todo, la misión no es más que convertirse en rehenes de los pobres y del Evangelio. Exactamente como ha hecho Dios que ha tomado como ‘rehén’ al p. Pierluigi”: así lo comenta a la Agencia Fides el padre Mauro Armanino, misionero de la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) que vive en Niamey, comentando el secuestro de su hermano de comunidad el p. Pierluigi Maccalli. El p. Maccalli fue secuestrado la noche del 17 de septiembre. El misionero residía en el pueblo de Bomoanga, “un lugar que ni siquiera está mencionado en los mapas geográficos de la región”, señala Armanino.
El misionero recuerda que la residencia del p. Maccalli “estaba abierta las 24 horas del día, para recibir visitas, enfermos y necesitados de ayuda. No era extraño que por la noche alguien golpease a su puerta y que él abriese sin vacilar a pesar de las tensiones que existen en la zona”, donde actúan varios grupos armados, grupos de autodefensa surgidos para combatir el crimen local. “Pero nadie se imagina que algo tan lejano como el yihadismo pudiese infiltrarse entre ellos”, señala el p. Mauro.
El misionero SMA recuerda a Fides que se trata del octavo rehén en el área del Sahel: el último en orden cronológico es un agente humanitario alemán, secuestrado el pasado mes de abril en la frontera con Mali, en la misma gran zona donde actúan los grupos armados. El p. Armanino concluye: “Pierluigi se sentía rehén de su gente. De los niños enfermos que llevaba a la ciudad y de aquellos con problemas por falta de comida. Organizaba viajes internacionales para brindar atención médica a aquellos que no podían recibirla en el lugar. Y hace algún tiempo había comenzado a reunirse y acompañar a jóvenes, adultos y familias. La suya es realmente la iglesia de los pobres, auténticos reyes de su vida. Por esto solía llamar a su iglesia la ‘basílica’ de los pobres”.