Todos los habitantes de Ruanda fueron tocados por la tragedia. O perdieron a un familiar, amigo, vecino, o sus seres queridos fueron parte de los hechos que enlutaron al país y dejaron una profunda huella en los corazones de todos. El 6 de abril de 1994, marcó el inicio de 100 días de terror, que dejaron 800 mil muertos y dos millones de desplazados en un país que sólo tenía 7 millones de habitantes. En el futuro nada fue igual.
Ese año, las dificultades entre los hutu y los tutsi generaron peleas que acabaron con el 75% de este último grupo étnico. Si bien el problema era antiguo, se agudizaron con las diferencias políticas. Fueron años de racismo que obligaba a las etnias a portar tarjetas que los identificasen, todo lo cual generaba odio y división. Ni hablar de la posibilidad de matrimonios mixtos o actividades en común.
Aún, 25 años después, no es fácil la convivencia, a pesar de los grandes esfuerzos por limar y reparar el daño. La Iglesia está ahí, ayudando a reparar las heridas de la guerra. Ve el video: