Este Santuario, que pertenece a la Congregación Salesiana, ha sido testigo y parte de la historia de la ciudad de Talca desde que se inauguró, en 1915. Por más de cien años, sus puertas estuvieron abiertas para recibir a todos quienes querían tener un momento de oración y encuentro con Dios en el centro de la ciudad. Diariamente acudían a este lugar personas de todas las condiciones y edades... Sin ser parroquia, en este templo se celebraba la Santa Misa y los Sacramentos, atendidos por los Salesianos que viven en el mismo lugar. Esto, además de inculcar en los más de dos mil alumnos del colegio Salesiano el amor a Dios.
Luego de ser completamente restaurado, por los daños sufridos en el terremoto de 2010, el Santuario María Auxiliadora lucía como en sus mejores tiempos... Se mantuvo su arquitectura original, con todos los detalles de sus pilares y cielos. Un trabajo que duró cuatro años y que tenía orgullosa y muy feliz a la comunidad.
Hoy, su fachada esta rayada, sus puertas bloqueadas, sus vitrales y ventanas quebrados y su interior vacío... El 11 de noviembre, este lugar fue vandalizado y profanado... un grupo de personas entró de noche, destrozó todas las imágenes que estaban a su alcance, sacó sus bancas, reclinatorios, sillas y confesionarios a la calle para quemarlos y, lo más doloroso, se llevaron al Santísimo para profanarlo.
La figura de María que se levanta sobre la torre del Santuario se ve desde distintos puntos de la ciudad. Esa figura nos dice que Ella sigue ahí, porque es Auxilio de la Iglesia y de los Cristianos. Hoy, los talquinos la miran con nostalgia pero con esperanza... Esperanza en que Ella está con ellos y que saldrán adelante.
Su historia
Los Salesianos llegaron a Talca el 19 de febrero de 1988. Su primera misión fue transformar el antiguo hospital "El Salvador" en una escuela de artes y oficios: la escuela taller El Salvador. Junto al colegio estaba la Iglesia "San Juan de Dios", que los sacerdotes empezaron a atender y cuya concurrencia aumentó considerablemente.
El sacerdote italiano Antonio Bergia impulsó la idea de construir ahí un templo consagrado a María Auxiliadora de los cristianos. Pusieron la primera piedra en 1911 y la inauguraron, sin estar terminada, en 1915.
En 1928, el Padre Antonio comenzó una recaudación para hacer en el interior del santuario una gruta dedicada a la Virgen de Lourdes. Así, en este lugar se encuentran las dos devociones tan queridas por San Juan Bosco: la Virgen María como Inmaculada y como Auxiliadora de la Iglesia.
¡Necesitamos dar una señal de esperanza! ¿Nos ayudas? Recuperemos juntos el mobiliario del Santuario. Puedes hacer una donación a nombre de Ayuda a la Iglesia que Sufre, RUT 73.537.400-1, CTA. CTE. 11175-9, Banco Santander, EMAIL: acn@acn-chile.org, ASUNTO: Santuario María Auxiliadora