Este 4 de marzo recordamos una vez más el sacrificio de 4 religiosas de la Caridad y 12 de sus colaboradores y voluntarios, asesinados en Yemen en 2016.
Las hermanas junto a una quinta que salvo con vida atendían una casa de ancianos y discapacitados. Ellos eran su preocupación y así lo habían manifestado unos meses antes de su muerte cuando los bombardeos mantenían en vilo a la población local.
“Cada vez que los bombardeos se hacen pesados nos arrodillamos delante del Santísimo expuesto, implorando a Jesús misericordioso que nos proteja y también a nuestros pobres, y conceda la paz a esta nación. No nos cansamos de llamar al corazón de Dios confiando que habrá un final a todo esto. Mientras la guerra continúa nos encontramos calculando cuánta comida podrá ser suficiente”, relata la carta enviada a sus hermanas en Roma (Italia).
Judith (41), Margarita (44), Reginette (33) y Anselm (60) estaban entregadas al trabajo y la atención de sus pobres, muchos de ellos en condiciones muy precarias, algunos ciegos o postrados. Sin ellas habrían muerto.
En el texto, de la carta de la cual hacemos referencia, las religiosas escriben que “los bombardeos continúan, los disparos son de todos lados y tenemos harina solo para hoy. (escribían en junio del 2015) ¿Cómo haremos para saciar mañana a nuestros pobres? Con confianza amorosa y abandono total, nosotras cinco corremos hacia nuestra casa de acogida, también cuando el bombardeo es fuerte. Nos refugiamos a veces bajo los árboles pensando que esta es la mano de Dios que nos protege”.
“Y después corremos de nuevo velozmente para alcanzar a nuestros pobres que nos esperan serenos. Son muchos ancianos, algunos no ven, otros con discapacidad física o mental. Rápido iniciamos nuestro trabajo limpiando, lavando, cocinando, utilizando los últimos sacos de harina y las últimas botellas de aceite, precisamente como la historia del Profeta Elías y la viuda”.
Sin embargo, pese a la adversidad, las Misioneras de la Caridad recuerdan a sus hermanas que “Dios nunca se deja ganar en generosidad, siempre y cuando nos quedamos con él y sus pobres. Cuando los bombardeos son pesados, nos escondemos debajo de las escaleras, las cinco siempre unidas. Vivimos juntas, morimos junto con Jesús, María y nuestra Madre”.
Mons. Paul Hinder, Vicario Apostólico de Arabia del Sur, afirmó al saber de su muerte: "no hay duda que las hermanas han sido víctimas de odio contra nuestra fe” y murieron como mártires. Yemen, país de inmensa mayoría musulmana y donde los católicos son menos de 4.000 personas, vive desde hace más de un año un guerra civil entre la guerrilla chiita de los hutíes y el gobierno sunita, apoyado por una coalición encabezada por Arabia Saudita.
Su historia está junto a la de otros muchos mártires y héroes en nuestro calendario de Cuaresma que puedes solicitar a
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