San Alberto Hurtado nos dejó un cúmulo de enseñanzas, pero sobre todo su ejemplo de Amor. Es eso lo que más recordamos de él, su alegría, su pasión, su inquebrantable amor por cada uno de sus hermanos a través de Jesucristo. Para San Alberto Hurtado su fuente fue siempre la Eucaristía, con ella era capaz de hacer imposibles y eso es lo central de su legado.
En enero el papa Francisco nos visitó y en su encuentro con los jóvenes en el Santuario Nacional de la Virgen del Carmen en Maipú, apeló al mensaje del padre Hurtado para hablar a los jóvenes.
“¿Qué haría Cristo en mi lugar?” ¿Qué haría Cristo en mi lugar en la escuela, en la universidad, en la calle, en casa, con amigos, en el trabajo; frente a los que hacen los matones: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”. Cuando vas a bailar, cuando haces deportes o vas al estadio: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”. Esta es la contraseña Este es el encargo de encender nuestros corazones, encender la fe y la chispa en nuestros ojos. Dijo el Santo Padre a cada uno de los jóvenes que lo escuchaba esa calurosa tarde de enero.
Con el mismo ardor con que el padre Hurtado hablaba a los jóvenes de su tiempo, el Papa habla a los jóvenes de hoy y también a los que ya no son jóvenes, pero quieren seguirlo con radicalidad. “Eso no desaparece. Esto es ser protagonistas de la historia. Ojos brillantes porque descubrimos que Jesús es una fuente de vida y alegría. Protagonistas de la historia, porque queremos infectar esa chispa en muchos corazones opacos, que han olvidado lo que significa esperar; en muchos que son apáticos y esperan a que alguien los invite y los provoque con algo que valga la pena”.
Ser protagonistas es hacer lo que hizo Jesús. Dónde estés, con quien estés y en cualquier momento: “¿Qué haría Jesús en mi lugar?”
San Alberto Hurtado murió el 18 de agosto de 1952 y la gente se volcó a saludarlo. Habían seguido con atención sus últimos días marcados por la enfermedad y querían manifestarle por última vez su agradecimiento.
Fueron muchos los corazones que tocó a lo largo de su vida y muchas vidas cambiaron gracias a su ejemplo y cariño. Hoy les invitamos a recordar sus enseñanzas, a dejarse encantar por su mensaje y visitar el Santuario donde podremos tener un rato de reflexión y, desde sus jardines, hacernos la gran pregunta ¿Qué haría Cristo en mi lugar?
Fotografías: Fundación Padre Hurtado