Esta semana se desarrolló en Washington la primera cumbre ministerial estadounidense para promover la Libertad Religiosa. La reunión se llevó a cabo con la asistencia de más de 40 ministros de Relaciones Exteriores y representantes de 80 países. En sus palabras de apertura, el embajador en jefe de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, dijo: “Debemos comprometernos a usar todo el poder, la maquinaria y la autoridad moral que tenemos para detener a las naciones y a los actores que aplastan a las almas libres”.
La reunión ministerial convocó a funcionarios gubernamentales, representantes de organizaciones internacionales, líderes religiosos, defensores de los derechos y miembros de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo para debatir sobre los desafíos a la libertad religiosa, identificar medios concretos para abordar la persecución y discriminación contra grupos religiosos y promover mayor respeto por la libertad religiosa para todos.
El embajador para la libertad religiosa del Departamento de Estado, Sam Brownback, dio el discurso inaugural: “Esta es nuestra primera reunión ministerial para defender la libertad religiosa, la primera que ocurre según nuestro recuerdo y nuestra revisión de la historia. Estamos totalmente encantados de estar aquí para este evento histórico”.
Sin lugar a dudas, cualquier paso que se dé en pos de la libertad religiosa significa un gran adelanto. El tema no es prioridad, y de hecho, él que ésta sea la primera cumbre por los EE.UU. lo demuestra.
Sin embargo, las miles de personas que ven violada su libertad religiosa, tienen la posibilidad de soñar con una situación mejor.
Desafortunadamente una gran mayoría del mundo vive en países o regiones donde la libertad para practicar su propia religión está limitada, prohibida o, en algunos casos, puede ser mortal. La gente alrededor del mundo está siendo oprimida, maltratada y perseguida por vivir de acuerdo con sus creencias”, afirmó Brownback.
“Están -continuó- siendo discriminados o acosados. Y eso no podemos permitir que continúe”.
El diplomático mencionó los crímenes cometidos por la organización terrorista Estado Islámico (EI) contra grupos religiosos y las agresiones del Ejército de Birmania (Myanmar) contra los ronhiyá en el estado de Rakáin, hogar de esta etnia desde hace siglos y de donde comenzaron a huir en agosto de 2017.
“Esto debe cambiar. Y es por eso que ustedes están aquí”, dijo Brownback, “No podemos darnos el lujo de fracasar, debemos redoblar nuestros esfuerzos para avanzar en la libertad de religión”.
Días antes de la reunión se generaron expectativas para promoverla. El Secretario de Estado Michael Pompeo escribió en un artículo de opinión publicado por USA Today, “la libertad religiosa es un derecho otorgado por Dios al que todas las personas están autorizadas”.
“Estados Unidos pone la libertad religiosa, este derecho humano fundamental, en el centro de nuestras conversaciones con todos los países con los que interactuamos”, explicó Pompeo la semana pasada en una entrevista con la radio Voz de América.
“Nadie debe ser castigado por su gobierno por su creencia religiosa o por actividades religiosas relacionadas con esta creencia”, advirtió el jefe de la diplomacia estadounidense.
“Necesitamos que los gobiernos reconozcan la discriminación religiosa y la persecución, se opongan firmemente a ella y consideren la libertad religiosa como una prioridad de la política exterior”, dijo Pompeo.
Son muchas las personas que anhelan que estas buenas intenciones tengan eco en la sociedad. El informe de libertad religiosa da cuenta que en 38 países este derecho se vulnera gravemente. Ve el informe.