El sacristán conoce todos los detalles de los que han ayudado para habilitar el lugar donde se reúnen provisionalmente: “El cardenal nos dio veinte sillas blancas, un diácono seis bancos usados, otros han puesto los manteles… Yo voy buscando por ahí, me donan sillas viejas que atornillo y reparo y así, por lo menos, hay asientos para todos y nadie tiene que estar de pie. En los días festivos somos más pero en las reuniones dominicales nos reunimos 70 o 80.”
Ardua y trabajosa ha sido también la financiación del templo definitivo, aunque eso no lo sepa Ricardo. Integrado en la obra está el material que se usó para construir el altar usado por Benedicto XVI en su visita a La Habana en 2012. A eso se unieron ayudas de diferentes organizaciones católicas, como la fundación ACN que desde 2014 apoya el proyecto y acaba de comprometerse a dar un impulso de 26.000 € para finalizar la construcción.
Lugar de devoción a la Divina Misericordia
El cardenal Jaime Ortega en persona – fallecido en 2019- puso la primera piedra el 18 de marzo de 2015. Ricardo se acuerda que “cuando vino no había nada, pero igual que el Papa va donde le necesitan aunque sean sitios sencillos, él también vino aquí cuando no había más que un patio trasero”. En la ceremonia, el prelado cubano subrayó lo simbólico del emplazamiento: “En este lugar donde ha perseverado en la fe una Iglesia de piedras vivas, que son ustedes… que veneran desde el principio al Cristo de la Misericordia, la gran devoción del Papa santo al que se consagra la parroquia”.
Ricardo Mínguez ha vivido muchas cosas durante su vida. Con emoción cuenta que fue invitado y pudo presenciar la santa misa durante la histórica visita de san Juan Pablo II.
“Sí, he vivido muchas cosas y ¡las estoy viviendo ahora!, porque esto es un sueño grande que pronto será realidad. Algunos nos tratan de locos porque nos está costando tanto todo… ¿Cómo van a poder construir una iglesia? Se preguntan… Pero el país tiene que progresar, hacer cosas nuevas y que lo que se haga se mantenga. Hace falta la iglesia y se hará”, concluye Ricardo.