Cientos de personas despiden con dolor y agradecimiento a la misionera española Inés Nieves Sancho, asesinada en República Centroafricana. Las imágenes de su entierro muestran el cariño de la gente, el mismo que ella dio a todos, especialmente a las jóvenes que formaba.
La hermana Inés, vivía hace 23 años en Centroafrica, trabajando con las familias y especialmente las jóvenes de Nola en la frontera con Camerún.
Quienes la conocieron aseguran que era una mujer muy amable, tranquila y que había elegido servir a la Iglesia entre los más desfavorecidos.
La religiosa, fue recordada por el papa Francisco en la plaza San Pedro, quien pidió orar por ella. “Quiero recordar hoy con ustedes a la hermana Inés Nieves Sancho, de 77 años, educadora de niñas pobres durante décadas, asesinada de modo bárbaro en la República Centroafricana en el mismo local donde enseñaba a coser”, dijo el pontífice durante la tradicional audiencia general de los miércoles.
Nieves formaba parte de la congregación francesa de las Hijas de Jesús de Massac y vivía desde hace 23 años en la República Centroafricana (RCA), el único país africano en el que está presente este grupo religioso compuesto por cerca de medio centenar de religiosas.
Según confirmó a Efe una de las monjas de esta congregación, Sancho regresaba cada año por vacaciones a Francia al convento en Massac, situado a 20 kilómetros de Toulouse, y también estaba previsto que lo hiciera este año.
La República Centroafricana está desgarrada desde 2013 por una guerra que forzó a casi una cuarta parte de sus 4,5 millones de habitantes a huir de sus hogares.
El gobierno de Bangui y 14 grupos armados que controlan una parte del país firmaron en febrero pasado un acuerdo de paz que tarda en implementarse.