diplomático reunidas en el palacio de gobierno para darle la bienvenida y escuchar sus primeras palabras.
Llevamos pocas horas del inicio de este viaje, pero ya nos está dejando mensajes importantes y llenos de emoción que no son sólo para el pueblo iraquí sino para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Porque ese es el lema de este viaje "Todos somos hermanos" y como gran familia, nos queremos y preocupamos unos de los otros y no dejamos que las diferencias nos dividan.
El presidente de Irak, Barham Ahmed Salih Qassim, agradeció al Santo Padre su presencia. "Venir en las difíciles condiciones que nos encontramos, dijo, duplica el valor de la visita".
"Agradecemos que haya querido realizar esta visita que es una prueba de su interés por Irak". Y recordó que con anterioridad, al ser recibido por el Papa en Roma pudo constatar como el Pontífice sigue muy de cerca las "realidades de nuestro país".
El Papa en su mensaje enfatizó la fraternidad y llamó encarecidamente al fin de los extremismos.
“La coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente y sincero, salvaguardado por la justicia y el respeto del derecho” afirmó a continuación “requiere esfuerzo y compromiso por parte de todos para superar rivalidades y contraposiciones”:
El «sabernos responsables de la fragilidad de los demás» debería inspirar todo esfuerzo por crear oportunidades concretas tanto en el ámbito económico y en el ámbito de la educación, como también en el cuidado de la creación, nuestra casa común. Como responsables políticos y diplomáticos, ustedes están llamados a promover este espíritu de solidaridad fraterna. Es necesario combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad, pero no es suficiente. Se necesita al mismo tiempo edificar la justicia, que crezca la honestidad y la transparencia, y que se refuercen las instituciones competentes. De ese modo puede crecer la estabilidad y desarrollarse una política sana, capaz de ofrecer a todos, especialmente a los jóvenes —tan numerosos en este país—, la esperanza de un futuro mejor.
El Santo Padre hizo un llamado al cambio. Dijo "de una crisis no se sale igual que antes, se sale mejor o peor, pero no igual". Por supuesto él apela a que todos lo veamos como una oportunidad de cambio. "Esta crisis requiere esfuerzos es una llamada a repensar nuestros estilos de vida y cómo construimos el futuro pensando en lo que nos une y no en lo que nos divide."
Y no sólo habló a los iraquíes. "Espero que las naciones no retiren la mano amiga de Irak"
“Atender las necesidades básicas de tantos hermanos y hermanas es un acto de caridad y justicia, y contribuye a una paz duradera. Espero que las naciones no retiren del pueblo iraquí la mano extendida de la amistad y del compromiso constructivo, sino que sigan trabajando con espíritu de responsabilidad común con las Autoridades locales, sin imponer intereses políticos o ideológicos.”
Y siguiendo la tónica de su discurso, finalizó señalando que la Iglesia de Irak desea ser amiga de todos y contribuir a la paz.