Por el tipo de clima de la zona, las giras misioneras se organizan según el calendario y la época de lluvias. “Nos reunimos los delegados de la Palabra y los misioneros y trazamos las citas teniendo en cuenta las fiestas patronales, las misas dominicales y las necesidades pastorales”. “En verano puedo llegar a lugares más lejanos y paso varios días en esa zona, ya que es imposible ir y volver en una misma jornada”, explica el misionero. “Cuando hay varias comunidades más o menos cerca, suelo estar entre una y dos horas en cada una, dependiendo de cuántos enfermos haya que visitar, o bendiciones, confesiones u otros sacramentos”, cuenta el Padre Alberto y detalla que los fieles le transmiten sus intenciones, muchas veces para que rece por algún familiar enfermo o por un nuevo trabajo.
La sede del Vicariato Apostólico de Darién es la Platanilla, a unos 240 km de la ciudad de Panamá. Una zona poblada sobre todo por campesinos que fue misionada en un primer momento por los misioneros claretianos, quienes llegaron en 1924. En su carta de petición para que la fundación ACN apoye a la zona con un proyecto de un automóvil de doble tracción para ayudar el trabajo pastoral de la misión, Mons. Pedro Hernández, Vicario Apostólico, explica que la mayoría de la población allí es católica, ya que las comunidades pertenecían a zonas misioneras muy antiguas. “La religiosidad popular sostiene su fe, las fiestas religiosas son fundamentales para ellos”. El obispo resalta la importancia de la presencia de los laicos en la vida pastoral de las comunidades, como son los delegados de la Palabra, los catequistas o las animadoras de los grupos de Infancia Misionera, entre otros.
Con el vehículo quieren implantar “giras misioneras” mensuales donde se visiten entre tres y cinco comunidades, además de ser posible la atención a los enfermos y la participación del sacerdote en las celebraciones de las Fiestas Patronales.
Y así, con cientos de kilómetros recorridos, decenas de casas y familias visitadas y una mochila llena de historias y de rostros, vuelve el Padre Álberto a casa. Termina una jornada de trabajo intensa, mañana será otro día.