No conocía el país, pero el padre Apollinaire Cibaka vuelve a Congo con grandes recuerdos de Chile. Le gustó nuestro país y le encantaría regresar en otra oportunidad, pero su amor por Congo lo lleva una y otra vez de regreso a su país.
Para nosotros fue una gran experiencia escuchar al padre Apollinaire Cibaka, no sólo porque su español es fluido gracias a los estudios de teología que realizó en la Unversidad de Navarra, sino por el amor a Dios que irradian sus palabras.
Este sábado lo acompañamos a concelebrar la Eucaristía con el padre Osvaldo Fernández de Castro y los fieles de la Parroquia Santa Teresita de Los Andes en Lo Barnechea.
Nadie quedó indiferente a su testimonio y querían saber más de esta Iglesia congolesa desconocida y lejana, pero muy cerca de Dios y de su gente. Y es que el padre Apollinaire, con su inmenso don, nos traspasó con su fuerza de llevar a Dios, de mostrar que Cristo nos quiere y quiere la salvación de cada una de las creaturas. Porque el padre Cibaka confesó trabajar para “hacer frente a los problemas que tiene Congo. Y la primera labor que realizamos es la evangelización. Porque, si queremos salvar a África, la primera cosa que tenemos que dar a África es Dios. No otra cosa. Por ahí empieza el cambio. No es la comida, ni los bienes materiales, lo que África necesita es Dios”, enfatizó.
Junto a él conocimos Proyecto Ditunga, una gran iniciativa de promoción humana que busca paliar las carencias de Congo enseñando medidas de higiene, motivando la escolarización, enseñando a aprovechar mejor la tierra para tener nuevos cultivos y crianza de animales… La mujer, la salud, las cárceles y los albinos también son parte de Ditunga. La escolarización en Africa es muy baja y en las mujeres es aún menor ya que muchas de ellas contraen matrimonio a los 15 años. El padre está empeñado en atrasar la edad de esos matrimonios y que ellas adquieran mayores competencias que contribuirán a formar familias más preparadas y con una mayor sobrevivencia. Porque en Congo muchos mueren por falta de medidas de higiene.
Los albinos son otro tema que impacta. Ellos son perseguidos por la población y les achacan poderes mágicos y de brujería. Los padres de niños albinos están preocupados por la inseguridad de sus hijos y muchos otros son abandonados por sus familias. En África, las partes del cuerpo de los albinos se utilizan supuestamente para la magia negra, por lo que los padres deben defenderlos y evitar que sean raptados y asesinados. Incluso cuando están muertos, los albinos no pueden descansar en paz ya que sus tumbas son abiertas para desenterrar partes del cuerpo para rituales.
El padre Apollinaire -con su testimonio- nos mostró las grandezas y carencias de Congo y nos dejó con ganas de ayudar y conocer más de sus proyectos.