Dios nuestro
que en tu misteriosa Providencia
has querido asociar tu Iglesia
a los sufrimientos de tu Hijo,
concede a los fieles que sufren persecución
a causa de tu nombre,
el don de la paciencia y la caridad,
para que puedan ser testimonio fiel y creíble
de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo,
Amén.