En la última visita Ad Limina Apostolorum a Roma en el 2014, cuando Mons. Bodika era obispo auxiliar de Kinsasa, los obispos del país invitaron al papa Francisco a visitar su país. “El Santo Padre nos dijo: ‘sí, un día iré’. Finalmente este momento llegó”, dice.
El papa Juan Pablo II estuvo en el país en 1980 y en 1985. 37 años después, un sucesor de San Pedro volverá a visitar la República Democrática del Congo.
“Cuando se hizo pública la noticia de la visita del Papa, nos alegramos mucho. Es San Pedro que viene a nosotros. Viene como pastor a confirmarnos en la fe. Nos sentimos bendecidos con su vista”, afirma Mons. Bodika.
Para los católicos es una gran alegría, entre aquellos que no conocen al Papa hay también mucha curiosidad, asegura el obispo. Los obispos de todo el país están haciendo énfasis en la dimensión espiritual de la preparación para la visita, ya que quieren transmitir al pueblo la conciencia de que el Santo Padre es el sucesor de Pedro que viene a confirmar la fe de su pueblo.
“Para ello, se ha procurado que al final de cada eucaristía que se celebre en el país, se rece la oración de preparación para la visita del Santo Padre” explica Mons. Bodika, que está al frente de su diócesis desde 2016.
Debido a los muchos y complejos conflictos y dificultades que sufre el segundo país más grande del continente africano, tanto a nivel político y social, se espera que el papa Francisco traiga en primer lugar un mensaje de reconciliación.
“El Papa viene a decirnos: ‘Congoleses, reconcíliense’. República Democrática del Congo es un país inmenso, muy rico, pero donde hay mucho sufrimiento en la sociedad. El Papa viene a nosotros en un momento tumultuoso de la vida de nuestro país. Por ejemplo, irá a Goma donde hay mucha tensión, donde hay grupos armados que siembran el terror a causa de intereses egoístas; a pesar de ser la parte más rica del país”, afirma el obispo.