“A los cristianos nos están persiguiendo, y, desde hace meses, los Obispos venimos denunciando lo que ocurre en Burkina Faso, pero nadie nos escucha. Es evidente que prefieren proteger sus propios intereses”. Esta es la reacción de Mons. Justin Kientega, Obispo de Ouahigouya, tras el enésimo ataque contra los cristianos de ayer en Burkina Faso. Los terroristas atacaron una iglesia protestante en Hantoukoura, en la region de Fada N'Gourma, cerca de la frontera con Níger, matando a 14 fieles.
“El ataque no ha sido reivindicado por nadie, como tampoco lo han sido los precedentes”, ha afirmado el Obispo, “y, por lo tanto, no sabemos si se trata de uno o más grupos. Lo que sí sabemos es que están llevando a cabo una propaganda islamista e intentando provocar un conflicto entre religiones en un país en el que cristianos y musulmanes siempre se han llevado bien”.