La misma Constitución de Sudán del Sur está relacionada con la de Sudán; de igual manera, los asuntos económicos también están muy relacionadas con el norte. Por tanto, la estabilidad política en el norte significa estabilidad política en el sur, lo mismo que el desarrollo del país. A causa de la independencia y de una cierta tensión entre ambos gobiernos, Sudán del Sur ha sufrido abandono, separación, cierre de fronteras e imposibilidad de usar las rutas comerciales norte-sur. Un castigo para el país.
Pero no ha sido siempre así. El reciente golpe de estado y las protestas por la situación política en Sudan han empeorado este panorama, ¿no es así?
Lo que he aprendido en estos países de África es que la estabilidad es muy frágil, así que hace falta dar tiempo al tiempo y no juzgar velozmente lo que está pasando. La inestabilidad no ayuda, pues no se sabe dónde terminará. Obviamente, las incertezas en Sudán y Etiopía, donde la situación es muy delicada, no ayudarán a Sudán del Sur a alcanzar la paz y la tranquilidad que querría, pero ciertamente cada país tiene su responsabilidad. El nuestro, buscaba la mediación de países de la zona para la pacificación, ahora tendrá que poner más esfuerzo en buscar la paz.
¿Cómo viven la inestabilidad los cristianos de la zona?
En Sudán del Sur, más de la mitad de la población son cristianos, solo el 8% es musulmán. Otros grupos viven al margen y no se han acercado al Evangelio. Sin embargo, vivimos en estos países donde el cristianismo es en muchos casos todavía sólo de fachada y tiene que echar raíces en la vida de la gente…