Imagen del entierro de padre Simén Yampa y otros cinco fieles
La Misa dominical vuelve a ser violentada en Burkina Faso. Al menos cuatro personas murieron y varias resultaron heridas en un nuevo ataque a una iglesia de Toulfé, a unos 67 kilómetros de Ouahigouya.27 mayo de 2019 – El ataque tuvo lugar la mañana de este domingo 26 de mayo, cuando individuos armados irrumpieron en la iglesia de Toulfé, un pueblo a unos veinte kilómetros de Titao, la capital de la provincia norteña de Loroum. “La comunidad cristiana de Toulfé fue objeto de un ataque terrorista, mientras estaba reunida para la oración del domingo. El asalto se saldó con la muerte de cuatro fieles”, dice una declaración de monseñor Justin Kientega, Obispo de Ouahigouya, a la que ACN tuvo acceso.
Según testimonios recogidos por la Agencia Fides, ocho hombres fuertemente armados llegaron a la aldea alrededor de las nueve de la mañana a bordo de cuatro motocicletas. Entraron a la iglesia donde la comunidad católica acababa de reunirse para asistir a Misa y dispararon a discreción. Tres personas murieron en el acto mientras que otra murió como resultado de las heridas. También hay varios heridos.
En el lugar murió el catequista Bruno Yampa y los fieles Simón Ganame, Michel Ganame y Louis Ganame y está gravemente herido un segundo catequista, Laurent Yampa. Por todos ellos, el obispo Kientega pidió oraciones, por sus familias, la conversión de sus verdugos y la paz de Burkina Faso.
Con este ya son cuatro los ataques a iglesias llevados a cabo por grupos armados en este país de África occidental. El 15 de febrero de 2019 en un ataque a un punto de control en Nohao, en la frontera con Ghana, fue asesinado el padre Antonio César Fernández, misionero salesiano español, cuando regresaba de una reunión pastoral. Sin embargo, estos últimos días la violencia ha recrudecido.
La primera vez que una iglesia fue atacada en Burkina Faso fue el 28 de abril pasado, cuando un grupo de hombres armados irrumpieron en un templo protestante en la localidad de Silgadji, en la región del Sahel (norte), y abrieron fuego contra las personas congregadas, matando a seis de ellas, incluido también el pastor. El último ataque (hasta el perpetrado ayer) tuvo lugar el pasado 12 de mayo contra una iglesia católica en Dablo, en la provincia de Sanmatenga, y en él murieron seis personas, entre ellas el párroco Simeón Yampa.
Aún no repuestos del duro golpe, al día siguiente, 13 de mayo, la comunidad lamentó la muerte de otros cuatro fieles mientras regresaban de una procesión en honor de la Virgen que ese día se recuerda bajo la advocación de la Virgen de Fátima.
«Al salir en procesión en honor a la Virgen fueron atacados. Se llevaron a 4 personas. Pensaban que los iban a secuestrar pero los ejecutaron sin piedad», declaró Mons. Kietenga, Obispo de Ouahigouya, a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).
Incremento de los ataques terroristas
Burkina Faso, precisó EFE, sufre ataques yihadistas recurrentes desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso en Tambao, en el norte del país, quien aún sigue desaparecido. Desde entonces, el número de ataques, que se atribuyen tanto a grupos afiliados a Al Qaeda como al terrorista Estado Islámico, ha ido aumentando de forma exponencial. Según el Centro de Estudios Estratégicos de África, los ataques se han incrementado de 3 en 2015 a 137 en 2018.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Malí y Níger, donde se producen ataques y secuestros a manos de diferentes grupos yihadistas. Burkina Faso es uno de los cinco países que componen el G5 del Sahel, junto a Malí, Mauritania, Níger y Chad, grupo que combate el terrorismo yihadista en la región.
Urgentes medidas de seguridad
Dados los tristes acontecimientos, la tercera Asamblea Plenaria de obispos de África Occidental -reunida la semana pasada- señaló que “ante esta perturbadora ola de violencia que sopla no solo en Burkina Faso sino también en Níger, Mali y Nigeria, expresamos nuestra más enérgica condena y queremos asegurar a nuestros hermanos y hermanas afectados por la violencia toda nuestra solidaridad, nuestra oración y nuestra compasión. Al celebrar nuestra asamblea aquí en Burkina queremos ofrecer una señal de nuestra cercanía”.
El Obispo de Ouahigouya Mons. Justin Kientega, pidió a los católicos aumentar las medidas de seguridad tras los numerosos ataques que se han producido en los últimos meses en África.
Mons. Justin Kientega publicó un comunicado con algunas medidas de seguridad para los cristianos y pidió oraciones para alcanzar la paz en Burkina Faso y animó a intensificar la prudencia y la vigilancia para todos los cristianos, pero en especial para los sacerdotes, las religiosas y todos los fieles de la diócesis que hace frontera con Mali en el norte del país.
El Prelado pidió a los cristianos evitar signos externos que puedan identificarlos como cristianos, como sotana, cleriman o hábito y velo, ya que es extremadamente peligroso.
También les pidió extremar las medidas de seguridad durante los viajes y no usar vehículos llamativos, viajar siempre de día y en horas sin mucho tráfico, así como evitar hacer siempre los mismos recorridos. Además se aconseja no hacer públicos los encuentros con mucha antelación.
Según precisan desde ACN, todas estas medidas son una muestra de la «tensa situación que vive el país después de la escalada de violencia contra los cristianos». Indicaron que estas «afectarán notoriamente la labor pastoral de la Iglesia, porque las comunidades católicas se encuentran muy dispersas, sobretodo en el norte donde la mayoría de la población es musulmana o animista».
Tal y como ya se hace en otros países que se han visto atacados por grupos yihadistas, como Camerún, Nigeria, Pakistán o Sri Lanka, Mons. Kietenga ha pedido que la duración de las celebraciones se acorte y también se aumente de manera considerable la vigilancia alrededor de las iglesias y capillas para que se pueda avisar a los fieles en caso de peligro.