Mons. Kaigama agrega: "Privar a los fieles comunes del culto no ha sido muy útil, sí, somos conscientes de que tuvimos que tomar todas las precauciones. Ahora que las cosas parecen ir bastante bien, se permite que la gente regrese para asistir a misa, damos las gracias por ello al gobierno federal y a todos los que han intervenido".
La reapertura de los lugares de culto, que se cerraron hace dos meses como parte de las medidas de prevención contra el COVID-19, se basa en el estricto cumplimiento de las directrices y protocolos de seguridad emitidos por el grupo de trabajo específico constituido para ello.
Según el Centro Africano para el Control y la Prevención de Enfermedades, a fecha del 2 de junio, Nigeria - el país más poblado de África -, tenía el mayor número de casos de coronavirus en la región de África Occidental y era el tercero más alto en el continente detrás de Sudáfrica y Egipto.
El 1 de junio, el Centro de Control de Enfermedades de Nigeria reportó 10.578 casos confirmados, con 3.122 recuperados y 299 muertes. El 2 de mayo, el número de casos confirmados fue de 2.388, con 85 muertes.
En mayo, la Conferencia Episcopal de Nigeria ofreció al gobierno los 425 centros de salud administrados por la Iglesia para su uso como centros de aislamiento. Además, algunos sacerdotes con experiencia en epidemiología han sido enviados como voluntarios a centros sanitarios.
Las diócesis y las parroquias de todo el país también han distribuido paquetes de artículos de primera necesidad que incluyen alimentos, mascarillas, desinfectantes para manos y guantes a las personas privadas de trabajo debido a las medidas de prevención del coronavirus