La academia sueca dio a conocer este viernes el premio Nobel de la Paz 2018. En esta oportunidad el galardón fue entregado a una chica yazidí de 25 años, Nadia Murad, y el ginécologo congolés, Dennis Mukwege. No se conocen, pero luchan por un mismo motivo: devolver a las mujeres su dignidad y que dejen de ser tratadas como esclavas sexuales.
Nadia Murad, se convirtió en la mujer número 52 en ganar un Premio Nobel en los 117 años en los que se ha llevado a cabo la entrega de este premio. Murad, también se coloca como la tercera mujer en lograr este galardón, luego de que se diera a conocer que Frances Arnold (Nobel de Química), y Donna Strickland (Nobel de Física), fueran las grandes ganadoras de este año. Nadia Murad al lado de Denis Mukwege, fueron los seleccionados para recibir el Premio Nobel de la Paz, por su trabajo en contra de la violencia sexual hacia las mujeres, en especial en los conflictos armados en los que son tomadas como arma de guerra.
“Este premio Nobel supone un reconocimiento del sufrimiento y de la falta de una reparación justa a favor de las mujeres víctimas de violaciones y de violencia sexual en todos los países del mundo y en todos los continentes”, dijo en una breve declaración ante la prensa en su hospital de Panzi, en Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), Dennis Mukwegwe, uno de los galardonados.
Hoy queremos hablarles de Nadia y a través de ella de toda su etnia. Ella es iraquí, pero hay algo que la distingue aún más. Nadia es yazidí. Una de las razas más antiguas del mundo con su propia religión y costumbres que se han transmitido de generación en generación desde antes del 2000 A.C.
Esta joven iraquí podría haber tenido una vida apacible en su pueblo natal, Kosho, cerca del bastión yazidí de Sinjar, una zona montañosa entre Irak y Siria. Sin embargo, el rápido ascenso del grupo yihadista ISIS en 2014 cambió su destino.
En agosto de 2014 fue raptada y conducida a la fuerza a Mosul, bastión yihadista reconquistado hace más de un año. Fue el principio de un calvario de varios meses: torturada, dijo haber sido víctima de múltiples violaciones colectivas antes de ser vendida varias veces como esclava sexual. Incluso hoy, Nadia Murad –al igual que su amiga Lamiya Aji Bashar, con la que ganó el Premio Sájarov del Parlamento Europeo en 2016– repite sin cesar que más de 3.000 yazidíes siguen desaparecidas y que probablemente siguen aún en cautiverio.
Torturas y violaciones
Los yihadistas quisieron “robarnos nuestro honor pero perdieron su honor”, había afirmado ante los eurodiputados Murad, quien fue nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU y lucha en favor de la protección de las víctimas del tráfico de personas. Además de sufrir torturas y violaciones, Murad tuvo que renunciar a su fe yazidí, una religión ancestral despreciada por el Estado Islámico y practicada por medio millón de personas en el Kurdistán iraquí.
“Lo primero que hicieron fue forzarnos a convertirnos al islam. Después hicieron lo que quisieron”, relató Nadia a la agencia AFP en 2016. Al igual que miles de otras yazidíes, fue obligada a “casarse” con un yihadista que la golpeaba, contó en un conmovedor discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York. “Incapaz de soportar tantas violaciones” decidió escapar. Gracias a la ayuda de una familia musulmana de Mosul, Nadia obtuvo documentos de identidad que le permitieron llegar hasta el Kurdistán iraquí.
Tras la fuga, la joven –que perdió seis hermanos y su madre en el conflicto que mató a unos 600 yazedies– vivió en un campo de refugiados en Kurdistán, donde tomó contacto con una organización de ayuda a los yazidíes. Esta le permitió reunirse con su hermana en Alemania. Es en ese país, en el que reside, donde se convirtió en una respetada portavoz de su pueblo, que antes de 2014 contaba con 550 mil miembros en Irak. Hoy, casi 100 mil han abandonado el país y otros están desplazados en el Kurdistán.
Murad, que lidera “el combate de (su) pueblo”, logró que se reconociera como genocidio las persecuciones cometidas en 2014. El Consejo de Seguridad de la ONU se ha comprometido también a ayudar a Irak a reunir pruebas de los crímenes del ISIS. Su “combate” le ha reservado también algunas buenas sorpresas. El 20 de agosto, la joven anunció en Twitter que se casará con otro activista de la causa yazidí, Abid Shamdeen. “El combate a favor de nuestro pueblo nos ha unido y seguiremos ese camino juntos”, escribió.
Desde entonces, Nadia Murad se ha convertido en una Embajadora de Buena Voluntad, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo secretario general, Antonio Guterres, se mostró emocionado luego de darse a conocer que Murad y Mukwege, compartirán el Premio Nobel de la Paz, asegurando que ambos defienden los valores comunes de la ONU, al defender a las víctimas de violencia sexual en países en conflicto bélico.