Sufrimiento del Pueblo
La cruz, de madera quemada con el Cristo en pedazos, es el elemento central del rezo del Viacrucis, que se realiza en un pequeño espacio construido con estacas de madera trenzada y cubierto de paja, como todas las casas de los pueblos de esta región. En la entrada, en un pequeño cartel se puede leer que este es
"el rostro de Jesús en Cabo Delgado". Justo al lado, un terreno abierto con un rosario gigante dibujado en el suelo arenoso, el objetivo es recordar "la dimensión mariana de la Iglesia y la solidaridad en tantas partes del mundo", afirma el padre Edegard. Se reza mucho en Cabo Delgado. La oración de un pueblo oprimido por la violencia expresa también la vitalidad de una Iglesia que, aunque materialmente pobre, es muy rica en vocaciones, en fraternidad, por todo ello es un ejemplo para el mundo.
El poder de la oración
"Es una hermosa realidad -explica el misionero saletino- que en todas las misas haya siempre una oración por la paz en Mozambique y en el mundo. No pedimos la paz sólo para Cabo Delgado, porque esta realidad de la guerra no existe sólo aquí. El rosario se abre al mundo, este es el rosario misionero. Cuando lo rezamos, pedimos por la paz en todos los continentes, por la solidaridad y también por nosotros mismos. Cuando llevamos a la oración nuestros dolores, no sólo queremos rezar por el dolor en Cabo Delgado, sino también por las penas del mundo, las cruces del mundo."
En Cabo Delgado, hay un número muy alto de víctimas de la violencia, del terrorismo, de la intolerancia religiosa. Desde el comienzo del conflicto ha habido más de tres mil muertos y más de 850.000 desplazados.