Monseñor Azuaje, obispo de Trujillo, Venezuela, conoció en carne propia lo que es cruzar la frontera huyendo del país. El obispo acompañó, de forma personal, a los miles de venezolanos que a diario salen del país a través del puente internacional Simón Bolivar.
Monseñor Oswaldo Azuaje afirmó a Raquel Martin, periodista de Ayuda a la Iglesia que Sufre, que su acción fue en respuesta al mandato del Papa Francisco. El Papa «nos pidió que nos mantuviéramos fuertes y muy cercanos al pueblo».
Monseñor Oswaldo Azuaje, carmelita descalzo, es obispo de Trujillo, en Venezuela. Acaba de regresar de Roma, donde participó en la visita ad limina de los obispos venezolanos al Papa Francisco. El Santo Padre «nos dijo que se sentía muy cercano a los obispos venezolanos, que conocía nuestra realidad» tanto eclesial como nacional, así como «los problemas que atraviesa Venezuela».
Asimismo, el Pontífice «nos agradeció la cercanía al pueblo y la unidad entre nosotros», y «nos pidió que nos mantuviéramos fuertes y muy cercanos al pueblo», ha reconocido el prelado este miércoles en el programa Perseguidos pero no olvidados de Ayuda a la Iglesia que Sufre.
Azuaje ha puesto en práctica, literalmente, esta petición del Santo Padre y ha acompañado de forma personal a los miles de venezolanos que a diario cruzan el puente internacional Simón Bolívar desde Venezuela a Colombia. «Yo me metí entre esa gente como una más, para pasar a [la diócesis colombiana de] Cúcuta. Es impresionante la cantidad de gente que por miles huyen cada día, o salen del país».
Ante esta realidad, el obispo de Trujillo ha ensalzado la labor de monseñor Ochoa, obispo de Cúcuta, que «está haciendo un trabajo impresionante y en consonancia y cooperación con la diócesis venezolana de San Cristóbal». A diario «alimentan a entre 5.000 y 8.000 personas por la mañana, a mediodía y por la noche» con la ayuda de la diócesis de Trujillo.

Cardenal Baltazar Porras come en una de las ollas comunes.
En lo que se refiere a Venezuela, monseñor Azuaje ha reivindicado las «ollas solidarias ante los problemas de desnutrición que sufren los niños y también los ancianos». «En Cáritas nos han ayudado a organizar mejor la distribución de alimentos y seleccionar mejor el tipo de comida que debemos entregar».
Por otro lado, también ha destacado la labor de los sacerdotes y ha pedido para ellos ayuda «para que puedan tener un sustento digno para poder servir mejor al pueblo de Dios y responderle con más fuerza al Señor».
Ayuda a la Iglesia que Sufre quiere dar su apoyo a los venezolanos. Ayúdanos con tu oración y cooperación.