Líderes religiosos musulmanes firmaron la “Declaración Islamabad” en defensa de la libertad religiosa en Pakistán para los cristianos y otras minorías religiosas. El documento hace mención especial a la situación de Asia Bibi.
Más de 500 predicadores islámicos paquistaníes han salido en defensa de la cristiana Asia Bibi. Lo han hecho con la firma de la llamada “Declaración de Islamabab”. Esta declaración es una condena al terrorismo, las violencias realizadas en nombre de la religión y las “fatuas” (edictos) emanadas en manera indiscriminada por los ulemas radicales. La declaración se firmó ayer en la capital de Pakistán, en el curso de la “Seerat-e-Rehmat-ul-Alameen (SAW) Conference”, reunida bajo la égida del Consejo paquistaní de los ulemas.
Asia Bibi lleva fuera de prisión desde el pasado mes de noviembre, pero aún no puede gozar de su libertad ya que debe estar oculta hasta que reciba el permiso para abandonar Pakistán. Mientras tanto, su vida corre peligro ante las amenazas y fatuas contra ella de los fundamentalistas islámicos del país.
Sin duda, la noticia es una pequeña luz que se abre en el mundo musulmán de Pakistán. Esto es algo novedoso debido a la suerte que han seguido todos aquellos que públicamente han defendido a Asia Bibi, como el gobernador de Punjab, Salman Taseer o el ministro de minorías, Shahbaz Bhatti, ambos asesinados en el pasado.
Según informa Asia News, la iniciativa representa un cambio histórico para la república islámica de Pakistán, marcada por continuos atentados contra las minorías: no sólo cristianos, sino también miembros de sectas consideradas como “infieles”, como los ahmadi y los chiíes.
Un documento histórico en Pakistán
El documento se compone de 7 puntos y contiene elementos relevantes para la libertad religiosa. En primer lugar condena los homicidios realizados “con el pretexto de la religión”, afirmando que todo esto “está contra las enseñanzas del islam”. La declaración afirma que ningún líder religioso tiene el derecho de criticar a los profetas y ninguna corriente debe ser declarada “infiel”: por lo tanto ningún musulmán o no musulmán puede ser declarado “digno” de ser asesinado a causa de sentencias pronunciadas fuera de un tribunal y los fieles de cada religión o secta tienen el derecho constitucional de vivir en el país en base a las propias normas culturales y doctrinales.
De este aspecto deriva también el derecho para organizar en modo autónomo las propias congregaciones con el consentimiento de las administraciones locales y la prohibición total de publicar materiales (libros, opúsculos, audios) que inciten al odio religioso.
La “Declaración de Islamabad” reconoce que Pakistán es un país multiétnico y multirreligioso; por lo tanto, en acuerdo con las enseñanzas de la sharia, en el punto número 6 se subraya que “es responsabilidad del gobierno proteger la vida y las propiedades de los no musulmanes que viven en Pakistán”. El último punto reafirma la importancia de aplicar el Plan de acción nacional en la lucha contra el fundamentalismo.
Año dedicado a erradicar el terrorismo
Para contrarrestar la violencia, estos religiosos decretan 2019 como el año dedicado a “erradicar el terrorismo, el extremismo y la violencia sectaria del país”. Los líderes deploran también las fatuas contra los servidores del Estado y afirman que “cada incauta decisión política” en las relaciones entre Arabia Saudita y Pakistán “no será tolerada”. Por último, reafirman que “todos los no musulmanes residentes en Pakistán tienen sus propios derechos y el gobierno debe asegurar los derechos fundamentales de las minorías”.
La iniciativa representa un cambio histórico para la república islámica de Pakistán, marcada por continuos atentados contra las minorías: no sólo cristianos, sino también miembros de sectas consideradas como “infieles”, como los ahmadi y los chiíes.