Hoy el Papa Francisco inicia su viaje a Marruecos. Será breve, pero no por ello menos importante. Su visita está inserta en el trabajo realizado para acercar la Iglesia y el mundo musulmán.
Marruecos es una ciudad bullante donde convergen miles de personas con sus costumbres, historias, culturas y fe. Son muchos los migrantes que viven en la ciudad y pasan por allí en busca de mejor futuro. Es un país joven y ellos son precisamente quienes están dando la cara.
Los arzobispos de Rabat, Cristóbal López, y de Tánger, Santiago Agrelo, ofrecieron una rueda de prensa en la iglesia Nuestra Señora de Lourdes de Casablanca en la que dieron los detalles de esta visita histórica, muy distinta a la que realizó el Papa Juan Pablo II en 1985 a la ciudad de Casablanca.
El arzobispo de Rabat, monseñor Cristóbal López cuenta un poquito de la Iglesia con que se encontrará Francisco. Y los dos grandes mensajes que enviará el Papa durante su visita: el diálogo entre el cristianismo y el islam y el auxilio a los emigrantes.
Mons. López, con jurisdicción sobre casi todo el territorio marroquí (a excepción de la franja norte, competencia del Arzobispado de Tánger), recuerda que son precisamente los emigrantes los que en los últimos años forman la mayor parte de la iglesia católica en Marruecos, formada por unas 30.000 personas de “más de cien nacionalidades”.
La iglesia marroquí está formada por “más hombres que mujeres, más jóvenes que ancianos (la edad media es 35 años) y más negros que blancos”, recuerda el Arzobispo, en alusión a las colonias subsaharianas que en las dos últimas décadas han cambiado la cara a la iglesia en Marruecos.
El Papa en Rabat
Un coro de 500 jóvenes, casi todos estudiantes subsaharianos, cantará para el Papa en la única misa que celebrará en Rabat y que será en varios idiomas, aunque Francisco leerá las partes fijas en español, precisó López. La Misa, en la que se esperan unas 10.000 personas, en su mayoría emigrantes, será en un complejo deportivo de las afueras de Rabat.
El arzobispo Agrelo dijo que los emigrantes vendrán para “escuchar (del Papa) una palabra clara sobre la situación de estas personas en tránsito, indefensos jurídicamente, cuya situación no la desearía ni para mí, ni para mis hijos”.
El Papa visitará previamente el centro de Cáritas en Rabat, que el año pasado atendió a más de 9.000 emigrantes “en el espíritu samaritano del que acoge al que está herido o tirado sin preguntar de dónde viene ni a dónde va”, siendo estos beneficiarios (de medicinas, alimentos o consejo legal) las poblaciones más vulnerables: niños, madres, ancianos o enfermos.
López niega que la iglesia esté de modo alguno fomentando la emigración: “Ni estamos para alentar la emigración a Europa, ni para impedirla. No colaboramos con los que quieren llegar a Europa, pero tampoco vamos a hacer de barrera hacia esos países”, aclaró.
La Iglesia en Marruecos -aclaró el Arzobispo- sigue las cuatro acciones que el Papa ha pedido para con los emigrantes: acoger, proteger, promover e insertar en la sociedad, tal como dejó claro Francisco en su primer viaje a la isla de Lampedusa.
Puentes entre cristianismo e islam
El Arzobispo recuerda que, en relación con el islam, “el Papa siempre insiste en tender puentes donde muchos quieren construir muros”, porque “musulmanes y cristianos no somos enemigos ni adversarios, ni nos disputamos un mercado, sino que somos hermanos, creyentes en un solo Dios verdadero”.
Con respecto a dos viajes tan seguidos a países musulmanes (el de Emiratos Árabes en enero y el de Marruecos), López entiende que “hay una clara intención (de Francisco) de favorecer el diálogo entre islam y el cristianismo, de unir fuerzas para trabajar por la consecución de la paz y de un mundo mejor”,
El Arzobispo no rehúye la espinosa cuestión de los cristianos marroquíes, no reconocidos por la ley, dejando claras dos cosas: primero, que el derecho de un marroquí a convertirse “no nos compete, es una cuestión interna de este pueblo”.
Pero, además, en la iglesia -subrayó- “no queremos hacer publicidad, ni hemos venido a aumentar los efectivos o a hacer más clientes; nuestro objetivo es construir el Reino de Dios”.
Los dos últimos papas -subraya López- han dejado claro que “el cristianismo se difunde por atracción” y no por proselitismo (actividad que la ley marroquí pena con la cárcel si se trata de proselitismo cristiano).
En Marruecos, los ciudadanos solo pueden ser legalmente musulmanes o judíos, y legalmente es imposible convertirse al cristianismo; los que lo han hecho practican su fe en la clandestinidad y no tienen derecho a templos, cementerios ni nombres cristianos. De hecho, los conversos marroquíes al cristianismo se reúnen en “iglesias domésticas” con cierta tolerancia de las autoridades, que por otro lado no les reconocen el derecho a cambiar de nombre ni exime a sus hijos de la educación islámica en la escuela.
El Arzobispo de Rabat zanja la cuestión y evita toda crítica que pueda ser interpretada como política: “Estoy satisfecho de que los cristianos en Marruecos podamos vivir en paz y tranquilidad, y practicar nuestra fe con total libertad”.
Momentos claves de una visita
La misa no será el único foro donde el Papa se reunirá con los emigrantes. El día de su llegada, Francisco visitará también el centro de Cáritas en Rabat. Este centro se dedica fundamentalmente a la atención a los inmigrantes, donde cooperantes católicos les asisten en cuestiones sanitarias, educativas y legales.
El Papa también visitará el día 31 un centro benéfico católico, regentado por las Hijas de la Caridad. Estas monjas españolas dan asistencia a enfermos psiquiátricos y servicios de guardería rural, además de un centro único en Marruecos de cura de grandes quemados.
El itinerario del Papa en el Viaje Apostólico a Marruecos
El rey Mohammed VI va a recibir en persona al Santo Padre en el aeropuerto de Rabat. El monarca marroquí acompañará y presidirá con Francisco varios de los eventos del viaje y pasarán juntos buena parte de la tarde del día 30.
De hecho, ambos van a mantener un encuentro privado y otro con las delegaciones. También, se van a desplazar hasta la explanada de la Torre de Hasán. Allí, mantendrán una nueva reunión. Esta vez, con personalidades de la sociedad civil marroquí. Según la organización de este viaje, los dos líderes pronunciarán sendos discursos.
Tras los discursos, los dos mandatarios realizarán una ofrenda floral ante las tumbas de los anteriores reyes -el padre y el abuelo de Mohamed VI. Posteriormente, el rey lo acompañará al Instituto de Imanes de la capital, un lugar simbólico por la significación de ambos dirigentes como líderes religiosos y “promotores en sus respectivos mundos de valores de moderación y reforma”, dijeron los obispos.
Otro de los momentos simbólicos de la visita será el rezo del Ángelus en la Catedral de San Pedro de Rabat, uno de los templos más antiguos de Marruecos, el día 31, un acto al que han sido invitados representantes de las demás confesiones cristianas de Marruecos (protestantes, anglicanos y ortodoxos) y que será retransmitido en directo a todo el mundo.
Los obispos destacaron que el viaje de Francisco tendrá una dimensión muy marcada de diálogo interreligioso y de fraternidad entre las distintas confesiones, pero excluyeron que exista ningún gesto o acercamiento a la comunidad marroquí de conversos cristianos.