sacerdote: pastor que si es necesario lleva a sus ovejas sobre sus hombros y guía que conduce a las almas hacia la vida eterna”. Según explica el sacerdote, pasa más de 8 horas dentro de este “uniforme”, y cuando se traslada de una unidad del hospital a otra debe cambiar parte del equipamiento y desinfectarse con un líquido especial.
El sacerdote señala que visita “cada habitación, les bendigo, hablo con los enfermos e intento dar buenas noticias. Les hablo del amor de Dios”.
“Los enfermos tienen una fe fuerte. Les digo que Jesucristo está muy unido a ellos en la cruz, sufrió los mismos síntomas que sufren los que padecen esa enfermedad como las dificultades para respirar” y también intenta animarlos porque “lo más difícil son las consecuencias y los problemas que conlleva y afectan a los demás: hospitalización, aislamiento. Algunos pueden sentirse culpables”.
Pero no es el único. Sacerdotes en Brasil también recibieron sus implementos.
Brasil ocupa el tercer lugar entre los países más afectados por la pandemia del coronavirus en todo el mundo. A mediados de noviembre de 2020 ya se registraban casi seis millones de personas contagiadas y alrededor de 170.000 muertos entre sus 210 millones de habitantes, con una fuerte tendencia al alza que se traduce en varios centenares de muertes al día.
Por desgracia, cientos de sacerdotes se han infectado con el coronavirus ejerciendo su ministerio en Brasil de ahí que para proteger a sus 40 sacerdotes, la Diócesis de Januária nos pidió ayuda para adquirir material de protección -mascarillas, geles desinfectantes, guantes desechables y trajes protectores para las visitas a los enfermos.
Y en Chile, los sacerdotes de varias diocesis también se vieron beneficiados con kits que ACN les proporcionó para atender a los enfermos de Covid. Y afortunadamente todos han podido cumplir sus encargos padstorales sin inconvenientes.
A pesar de las restricciones, el sacerdote no puede abandonar su misión
Ya para Semana Santa nos vimos impedidos de participar presencialmente de las liturgias. Para las celebraciones de Pascua, solo el 2% de los creyentes participaron en liturgias en los templos, el resto lo hizo por medio de las redes sociales. En estos momentos la posibilidad de participar en la Santa Misa está limitada a un número reducido de personas. Hoy nos preocupa Navidad y la Misa del Gallo que no quisieramos perder. Aunque fechas como la celebración de la Virgen de Guadalupe en México ya se advirtió que no sería presencial.
Los sacerdotes han debido extremar la creatividad para atender a su rebaño.
Los ejemplos son muchos y reconfortantes. Para todos los sacerdotes que prestan la valiosa ayuda de acompañar a los enfermos la pregunta crucial es qué habría hecho Cristo en mi lugar. Y desde esa perspectiva la respuesta es clara.
Cuando el sacerdote Adrián Lozano se acercó para absolver de sus pecados a un paciente de coronavirus en un hospital de Ciudad de México, al enfermo le sobrevino un ataque de tos. Y al cura una pregunta crucial: ¿retroceder o consolar?
Mientras el paciente se ponía una máscara de oxígeno para seguir respirando, Lozano ahondaba en su reflexión: ¿Qué hubiera hecho Jesús?". Hoy sigue visitando a los enfermos de covid-19 junto con otros dos sacerdotes.
"Me dije: 'Si me hago para atrás protegiéndome, le voy a aumentar su soledad, su sensación de rechazo'", cuenta a la AFP el religioso de 53 años frente a un crucifijo y una imagen de la Virgen en una parroquia en el sur de la capital. De sus visitas, le queda el agradecimiento de los enfermos. "Llega un gran consuelo, varios pacientes empiezan a llorar de la emoción de que son visitados", dice Lozano, quien afirma terminar tan cansado como si hubiera corrido un maratón.
Ellos y otros muchos, acogen así el llamado del papa Francisco, quien ha pedido a los sacerdotes visitar a estos enfermos. Aunque ello ponga en peligro sus propias vidas.
Nueve sacerdotes y otros tres religiosos católicos han muerto en México por el virus, mientras la prensa reporta el deceso de 12 pastores evangélicos. El papa considera a los curas fallecidos "santos de al lado". Cifra que también ha sido alta en Italia y otros países.