“Hay ONG´s de todo el mundo que se han venido ocupando de los refugiados sirios en el Líbano, lo que se agradece. Ahora, con la nueva situación, ¿considerarán la posibilidad de ayudar también al pueblo libanés?
“Debido a la crisis económica, los cristianos están contemplando la posibilidad de emigrar y de buscar una forma de vida mejor. Existe el riesgo de perder a la generación joven: no quieren quedarse en el Líbano. Hay demasiados interrogantes sobre el futuro del país.
“La Iglesia en Líbano afronta tiempos difíciles, tiene que ocuparse de un creciente número de personas necesitadas. Las instituciones eclesiásticas, escuelas, universidades y hospitales, ya están experimentando serias dificultades, puesto que la gente no puede permitirse pagar las matrículas o las facturas médicas. No queremos tomar decisiones difíciles como cerrar escuelas. Históricamente, las escuelas católicas del Líbano han servido también a estudiantes musulmanes y drusos. Al igual que las universidades católicas, son lugares de convivencia donde los jóvenes pueden experimentar la cultura de la convivencia.
“Por primera vez, veo libaneses de muchas confesiones, de muchas religiones, unidos y tratando de dejar a un lado el sectarismo. Es hermoso. No obstante, los líderes de la Iglesia han instado a los manifestantes a realizar sus protestas pacíficamente.
“La Iglesia apoya a las personas que piden el fin de la corrupción, que exigen ministros que sean expertos en sus ámbitos y que tomen medidas para poner fin a todo tipo de corrupción. Esperamos que pronto se forme un nuevo Gobierno.
“Durante este calvario, Jesús está con nosotros y no nos abandonará. Rezamos y esperamos ver pronto la luz al final de este oscuro túnel”.