El Padre Kenneth Iwunna trabaja como misionero en una zona remota de Etiopía, entre la tradicional tribu nómada Borana. ACN apoya desde hace cinco años la labor pastoral de su parroquia.
El Padre Kenneth siempre quiso ser sacerdote. En su niñez asistía a Misa todas las mañanas. Por este motivo, a veces llegaba tarde a la escuela y era castigado por ello, dicha circunstancia no impedía que fuera a la iglesia. Le gustaba mucho ser monaguillo; el sacerdote era su gran modelo a seguir. «Me gustaba todo lo que hacía el sacerdote», dice con una sonrisa.
Su sueño se hizo realidad y este nigeriano de 45 años ingresó en la orden espiritana y se ordenó sacerdote. Actualmente, trabaja como misionero en Etiopía, lo cual también era su sueño. «Cuando aún era seminarista, un sacerdote regresó de Etiopía. Era una persona muy buena y modesta, pensé que también yo quería ir a Etiopía. No sabía nada de este país, pero quería ir allí. Antes de ser ordenados, pudimos escoger tres lugares en el mundo donde nos gustaría llevar a cabo nuestro ministerio, escribí en primer y segundo lugar Etiopía; en tercero, Nigeria», recuerda este sacerdote.
Desde hace siete años, el padre Kenneth es misionero entre los Borana, una tribu nómada tradicional del sur de Etiopía. Si bien hoy en día muchas familias se han hecho sedentarias, algunas de ellas todavía se desplazan con sus rebaños por la zona. Hoy, es párroco de la parroquia Santa Cruz de Dhadim. De los 9.000 habitantes, 5.000 son católicos, con tendencia al alza. Mucha gente quiere ser bautizada.
«Para los Borana, lo más atractivo del cristianismo es que toda persona es amada. También les impresiona la universalidad de la Iglesia, por lo que quieren pertenecer a ella. Del mismo modo que celebramos la Santa Misa aquí, se celebra en Roma o en otros lugares», afirma el padre Kenneth.
En la parroquia hay mucha vida. Hay catequesis y cursos bíblicos; además el padre Kenneth ha establecido una pastoral vocacional, que ya está dando sus frutos: dos chicas Borana quieren ser religiosas, y cinco chicos muestran interés por el sacerdocio. Los jóvenes son particularmente activos: 250 participan regularmente en la parroquia.
Gracias a la ayuda de ACN, cada año pueden participar entre 65 y 100 jóvenes en un programa pastoral, de tres días de duración, en otra diócesis. «La mayoría de ellos nunca han estado fuera de su aldea.
Es una experiencia importante para ellos, conocer y compartir vivencias con jóvenes de otras tribus. No hablan el mismo idioma, pero nos aseguramos de que alguien haga de intérprete. Los jóvenes crecen en la fe y tienen una nueva experiencia de Iglesia. También es positivo porque después están más motivados para aprender otro idioma, como el inglés, e ir a la escuela. Estos días no solo son beneficiosos para ellos, sino también para toda la Iglesia. Cuando los jóvenes regresan, comparten sus aventuras en la iglesia. También las personas mayores están muy interesadas en ello».
ACN apoya en Etiopía, casi 40 proyectos anuales. En 2018 prestamos ayuda por un total de más de 1,05 millones de euros. Seguir ayudando depende de cada uno de nosotros y de nuestra colaboración. ¿Quieres ayudar?