Llamado a la ayuda internacional
Recientemente, las 65 hermanas franciscanas del hospital, incluida la directora, Sor Jeanette, recibieron la visita de ACN. Junto con otras organizaciones, ACN apoya y financia proyectos que permiten al hospital seguir tratando a sus pacientes. La crisis económica ha puesto en apuros al hospital, que vive actualmente de sus reservas y sólo podría sobrevivir unos meses sin la solidaridad internacional.
Cada mes hay que pagar los sueldos, alimentar a los pacientes y adquirir los medicamentos, cuyos costos, que ya eran muy elevados antes de la crisis, se ha triplicado con la devaluación de la lira libanesa. Además, como la electricidad sólo llega una hora al día, el hospital tiene que hacer funcionar los generadores a pleno rendimiento, consumiendo unas 15 toneladas de combustible cada semana, a más de 700 dólares la tonelada que además hay que pagar al contado y en dólares.
Antes de la pandemia y de que el centro redujera su capacidad de 1.000 a 800 camas a causa del Covid, el Estado aportaba dos dólares al día por paciente, o dos mil dólares al mes. Pero desde el verano de 2020, no hay más contribuciones. Aunque el apoyo del Estado fuera mínimo e insuficiente, era un ingreso regular.