“Se trata de un momento duro y una prueba de la cual hemos de salir victoriosos por nuestra fe y esperanza, que han de expresarse en nuestra caridad y solidaridad. Por ello, invitamos a todos los hermanos de nuestra nación a que nos acerquemos más a Dios. En estos tiempos de crisis sanitaria hemos de recordar que el Señor está en medio de nosotros y no nos abandona. Él es la roca que nos salva”, dice un comunicado de los obispos publicado el 15 de marzo.
Las calles vacías en Venezuela, además del cumplimiento de la cuarentena son un signo de la grave preocupación de los ciudadanos por las consecuencias que se podrían propiciar con el avance de los contagios entre la población.
Un médico residente de uno de los principales centros hospitalarios del país, que no quiere ser identificado, señaló a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) que
“el sistema hospitalario venezolano no está preparado para la gran emergencia que podría generar numerosos contagios del covid-19. La precaria situación de los hospitales y la escasez de medicinas es ampliamente conocida en todo el mundo”.
Ante la escasez en Venezuela del test para determinar si las personas están infectadas por coronavirus, será incierto saber realmente cuantos venezolanos son víctimas del covid-19.
Grande es la preocupación entre miembros de la población que tienen que trabajar para ganarse la comida del día, y debido al aislamiento social no pueden hacerlo. “
No sé cuánto aguantaremos la cuarentena, pero si no nos mata el virus, nos morimos de hambre”, expresó Ester Chacón, comerciante informal.