Una vez más debemos lamentar el asesinato de un sacerdote. Oramos por el padre Michael Maingi Kyengo, vicepárroco de Thatha, en Kenya, por su familia y los fieles a los que servía. Los móviles no se conocen, pero los sacerdotes, en su andar por los caminos llevando el Evangelio, se encuentran con las mismas dificultades que día a día ponen en peligro a la población. Muchas veces un robo termina en asesinato.
El cuerpo del padre Michael Maingi Kyengo, vicepárroco de Thatha, en la diócesis de Machakos y secuestrado el 8 de octubre, fue encontrado enterrado cerca de la orilla del río Mashamba, en Makima, en el condado de Embu. El padre Kyengo, de 43 años, fue visto por última vez el 8 de octubre. El 11 de octubre sus familiares denunciaron la desaparición a la policía.
Los investigadores lograron detener a un sospechoso, que usaba el teléfono celular, el automóvil y la tarjeta de crédito del sacerdote desaparecido. Como resultado de los interrogatorios, el sospechoso acabó llevando a la policía al lugar donde estaba el cuerpo del sacerdote. El supuesto asesino lo estranguló hasta la muerte y enterró a orilla del río. El arrestado, Michael Muthini Mutunga, de 25 años, no habría actuado solo y se busca a sus cómplices.
El padre Kyengo fue ordenado en 2012 y siempre sirvió en la parroquia de Thatha. Allí lo recuerdan como una persona orante y jovial que amaba a todos.