Son muchas las acciones materiales que se realizan en Irak para preparar la esperada visita del Santo Padre. Es el primer pontífice que peregrinará a este lugar santo por los primeros cristianos y santo por los mártires que han dejado su testimonio en estas tierras.
Pero la preparación para que sea efectiva debe ir más allá de la reconstrucción de casas, iglesias, comercio, hospitales. Es también una conversión del alma.
Monseñor Sako, señaló: "Desde hace tiempo vivimos con miedo, pero también con esperanza", dijo el Patriarca de Babilonia de los Caldeos, tan pronto como supo del viaje del Papa, el 7 de diciembre del año pasado. Sus esperanzas están en la presencia del pontífice, pero sobretodo en el nuevo ímpetu misionero que ella traera. Es por ello que invitó a todos a rezar una oración, que él mismo compuso, para prepararse y ser receptidos al mensaje que el Santo Padre lleve a Irak y que por supuesto es extensivo a todas las naciones.
Ya a principios de diciembre, el Patriarca Sako, dirigiendo una carta al pueblo iraquí, les había pedido que se prepararan adecuadamente para la visita del Papa que no será -había escrito en esa ocasión- un "viaje turístico" o "de lujo", sino una peregrinación cargada de un mensaje de confort "para todos en un tiempo de incertidumbre". Debemos hacer que sea -había subrayado hace un mes- "una ocasión de gran cambio, para que la fe y la esperanza en nosotros se conviertan en un compromiso".
La peregrinación del Papa Francisco al Irak por invitación de las autoridades civiles y la Iglesia Católica local se anunció oficialmente a principios de diciembre, marcando la reanudación del viaje interrumpido abruptamente durante quince meses debido a la emergencia sanitaria mundial. Las fechas previstas son del 5 al 8 de marzo, con paradas en Bagdad, la llanura de Ur, ligada a la memoria de Abraham, la ciudad de Erbil, así como Mosul y Qaraqosh en la llanura de Nínive. Cuatro días intensos para acercarse a un pueblo que ha sufrido y sigue sufriendo por la guerra y que ha visto a los cristianos salir lentamente del país. Un viaje que Francisco ha querido vivir desde hace mucho tiempo, expresando su intención desde 2019 y acompañando siempre sus palabras con la invitación a reconstruir un tejido social de solidaridad que apunte al bien común.