¿Cuáles son las esperanzas de los cristianos para los próximos meses y años?
La esperanza de los cristianos es poder vivir en paz en su propio país, con los mismos derechos y deberes, en igualdad de condiciones con los demás iraquíes y no como ciudadanos de segunda clase o como dhimmis (estatus discriminatorio para los no musulmanes). Siguen reclamando sus derechos para cambiar algunas leyes injustas como, por ejemplo, la conversión forzada al islam de niñas menores de edad si uno de los padres se convierte en musulmán. Los cristianos también reclaman el derecho a la igualdad de género en materia de herencia, matrimonio, libertad religiosa, etc.
Y es que la religión de Estado en Irak es el islam. Además, los cristianos no tienen las mismas oportunidades en el mercado laboral y no pueden acceder a ciertas categorías de empleos. La desaparición de la mentalidad salafista es la única esperanza para los cristianos y para otras religiones autóctonas como los yazidíes, los mandeos, los zoroástricos y los kakais. Lamentablemente, esta mentalidad sectaria sigue imponiendo la sharía en la legislación iraquí. Los libros de texto y las predicaciones sectarias en las mezquitas son una fuente de conflicto social y político. La separación entre la religión y la política sería una bendición, y podría, ciertamente, aliviar el calvario que los cristianos vienen sufriendo desde el siglo VII.
¿Cuál es actualmente el mayor temor de los cristianos?
El mayor temor, que impide a los cristianos regresar a sus casas de Mosul, es que vuelva a brotar el fundamentalismo.
Y usted, ¿cómo ve el porvenir de los cristianos en Iraq?
Personalmente, soy optimista respecto al futuro de los cristianos en Nínive e Irak. A través de la educación y la cultura podemos vencer el oscurantismo y la violencia. A nuestras puertas, el Kurdistán demuestra que los ciudadanos pueden convivir en paz, más allá de sus diferencias religiosas. El movimiento popular y las manifestaciones pacíficas en Bagdad son una gran oportunidad para el cambio en Irak.
Tarde o temprano, la última palabra la tendrá la paz y no la espada.
Ayuda a la Iglesia que Sufre ha prestado un enorme apoyo a los cristianos perseguidos por el ISIS en Irak. La ayuda de emergencia proporcionada por la Fundación Pontificia en los últimos años asciende a más de 47 millones de euros. Con el fin de apoyar el retorno de la población desplazada a los pueblos destruidos por el ISIS, Ayuda a la Iglesia que Sufre lanzó la campaña “Vuelta a las raíces”.
El proyecto más reciente puesto en marcha por la fundación prevé la restauración de la iglesia parroquial de San Ciriaco en Batnaya, un pueblo católico caldeo del norte de Irak, así como la reparación de la Capilla de la Inmaculada Concepción, la biblioteca, el salón y la casa parroquial. Incluidas en el proyecto están también la reconstrucción del convento dominicano de San Oraha (totalmente destruido) y la guardería infantil dirigida por las religiosas, que podrá acoger a 125 niños. Si deseas colaborar con este proyecto entra a este link:
https://www.acn-chile.org/donacion/